Salimos de nuevo el día 13 un poco antes de las 9.00 h y hoy sí está presente la calima. Aún así la visibilidad y la detectabilidad son buenas y la superficie del mar aparece en calma a primera hora de la jornada. El primer grupo de cetáceos que observamos son los delfines moteados, parece ser que el área está llena de ellos ya que tenemos varios avistamientos de esta especie durante la mañana. Los usuarios de la zona, pescadores, trabajadores de los barcos de whale watching y particulares nos comentan también que llevan días viendo rorcuales y delfines en la zona. Los grupos que observamos son bastante numerosos y se llegan a estimar más de 100 individuos en alguno de ellos.

Al mediodía, como suele ser habitual aumenta la fuerza del viento hasta superar los 10 nudos y la detectabilidad se hace un poco más escasa. Sin embargo los altos soplos de un rorcual tropical son claramente visibles y lo avistamos hacia las 15.00 h. Durante este avistamiento el tiempo empeora y tras abandonar la fotoidentificación del rorcual, debemos suspender el esfuerzo visual y ponemos rumbo al puerto. En el trayecto volvemos a encontrarnos con unos delfines moteados y también avistamos nuevos soplos de otro rorcual tropical, pero el estado del mar nos impide permanecer en la zona recogiendo la información oportuna. A lo largo del día, sobre todo en las horas centrales, se han avistado 10 tortugas bobas, todas juveniles y en principio, sanas, descansando y calentándose en superficie. Atracamos en Morro Jable a las 18.30 h.

El día 14 nos saluda de nuevo con un mar espléndido, al menos durante las primeras horas de la mañana. Amaneciendo el día despedimos a Nira Morales esperando que vuelva, con su entusiasmo y su inestimable colaboración en todas las tareas a bordo. Una suave brisa del N y un cielo despejado hacen que la calima no reduzca apenas la visibilidad y la detectabilidad para la búsqueda de cetáceos es muy buena. Sin embargo a medida que nos alejamos de la costa, el mar de fondo va aumentando y la fuerza del viento también. A media mañana no tenemos ya unas condiciones tan ideales pero siguen aceptables para el trabajo. El primer avistamiento nos sorprende nada más salir de la bocana y cómo no, corresponde a un numeroso grupo de delfines moteados. Están alimentándose en un área de aproximadamente 1500 x 2000 m junto a pardelas cenicientas y varios págalos grandes (Stercorarius skua). Llama la atención la presencia de muchas crías muy pequeñas, aunque no se observa ningún neonato. Nada más abandonar este grupo de delfines se avistan varias aletas de delfín mular (Tursiops truncatus). Se trata de un grupo de 20 a 25 individuos (adultos, juveniles y 2 crías) que nada junto a otra especie, los calderones tropicales (Globicephala macrorhynchus). Estimamos la presencia de más de 50 calderones, dispersos en un área de unos 3000m2 y con un desplazamiento bastante rápido hacia en SE. Ambas especies actúan de forma indiferente con respecto al barco, no huyen, pero tampoco permiten que nos acerquemos en exceso.

Desde el mediodía la fuerza del viento oscila continuamente entre Beaufort 2 y 3 y el mar de fondo supera los 1’5m. Quizá el empeoramiento de las condiciones hace que no tengamos ningún avistamiento más hasta las 16.30 h, cuando nos encontramos con un grupo formado por 3 zifios de Cuvier, que al detectar el barco se sumerge rápidamente y, a pesar de esperar en el punto de inmersión más de 1 hora, no vuelven a ser avistados. Los siguientes avistamientos, a las 16.21 h y 16.58 h, corresponden de nuevo al delfín moteado. Un grupo está formado por unos 30 individuos y el otro por más de 60. De hecho pensamos que ambos forman parte de un grupo mayor, ya que en las dos ocasiones se fotografía un individuo muy claro, casi albino, que parece ser el mismo. También en esta ocasión se fotografían varias díadas madre-cría.

No hay más avistamientos en la tarde y atracamos en Morro Jable a las 19.40 h.

(Posted December 5, 2012)