Acantilados de Alborán

Autor: Serge Gofas

Fecha: 10 de septiembre de 2011

Al tercer día de filmación nos atrevemos con sitios un poco más comprometidos, en el lado sur de la plataforma. Es un reborde y, debajo, la pared... hasta los 1.000 metros si quisiéramos (o, mejor, si pudiéramos).

La última inmersión del día es la ROV12, en una pendiente suave del lado norte en el que se veían marcas de arrastre en los sonogramas de barrido lateral. El fondo es aburrido, cascajo, cascajo, surcos de arrastre, cascajo, surcos, de vez en cuando algún animal, cascajo… Tras más de dos monótonas horas, de repente se pierde el contacto con el ROV. No puede ver, no puede moverse, no queda más remedio que subir el lastre y tirar poco a poco del delicado cable umbilical. El silencio es absoluto, hasta que finalmente el ROV llega a la superficie y se iza a bordo. Una vez desmontado, se pone en la bodega para que se pueda secar bien, ya que parece que el fallo se debe a que entró humedad en el “cerebro” electrónico que controla el ROV.

(Posted September 20, 2011)