El día 14 no amanece mucho mejor, hace bastante viento ya desde primera hora de la mañana pero la previsión anuncia calmas alrededor de las 11:00 h de la mañana así que zarpamos muy temprano para intentar estar en el punto inicial del transecto (a 16.8 millas hoy) cuando el mar esté en mejores condiciones para los avistamientos.

A las 9.00 h aparece en la proa un delfín mular (Tursiops truncatus) solitario, por las fotos sabemos que se trata del mismo animal de hace varios días. 25 minutos después contactamos con otros 4-5 mulares que se muestran bastante evasivos y fotoidentificarlos resulta complicado, además el agua y el día en general aparecen muy oscuros, aunque por suerte la superficie del mar se mantiene en calma.

A las 11.40 h llegamos al inicio del transecto distance y aunque tenemos fuerza 2-3 y olas de mar de fondo de más de 2m, desde la torre de avistamientos la detectabilidad se mantiene estable en rango 2 (intermedio).

A las 14.34 h finalizamos el transecto y como aún quedan unas 3 horas de luz comenzamos el siguiente, momento en el que se avista un grupo pequeño de delfines moteados (Stenella frontalis), unos 10-12 juveniles que permanecen varios minutos en la estela de la proa.

A las 16.02 h, al sur del banco de Amanay, se observan varias aletas junto al soplo de rorcual. Perdemos el rorcual ya que no se vuelve a ver soplar pero entramos en contacto con un grupo de 17-20 calderones grises (Grampus griseus). Algunos individuos nadan durante todo el avistamiento en la proa mientras que otros se mantienen alejados del barco. Se fotoidentifican entre 13 y 17 adultos y dos juveniles. Para alegría del equipo, uno de ellos salta repetidamente con todo el cuerpo fuera del agua, algo poco habitual en esta especie tan esquiva. También hay una cría pero aún no está suficientemente marcada como para reconocerla en futuras recapturas. En principio, la mayoría de los animales identificados pertenecen al catálogo de la SECAC.

Durante la travesía, se han avistado un total de 6 tortugas bobas (Caretta caretta), medianas y en buen estado, descansando en superficie. Atracamos en Morro Jable, ateridos de frío (¡ha llegado el invierno al mar!) a las 20.00 h.

Por la noche, el barco se convierte en una especie de batidora que nos lanza de lado a lado de la litera, hay que levantarse varias veces a lo largo de la noche para mover cabos y defensas. De madrugada se desata un auténtico temporal dentro del puerto y todo se balancea, suena, chirría y finalmente se cae...

(Posted December 21, 2012)