La campaña se realizo del 22 al 24 de marzo de 2010 en el islote de Formentor, dentro de la bahía de Pollença, en el noroeste de Mallorca.

Los objetivos de esta campaña fueron estudiar el comportamiento y los patrones de uso del espacio del cormorán moñudo mediterráneo, una especie para la que existe poca información detallada en este sentido, por la dificultad de marcaje y por ser una especie predominantemente costera, que queda mal caracterizada a partir de los datos de campañas oceanográficas.

Para ello se optó por marcar las aves con emisores vía satélite con GPS incorporado (se probó el marcaje de con un nuevo prototipo de emisoresGPS-PTT). Estos aparatos funcionan como un registrador de GPS, acumulando los datos de las localizaciones en una memoria interna, y transmitiéndolos cada pocos días vía satélite. Las ventajas son que se puede obtener la información de forma remota, sin necesidad de recapturar al ave; además llevan placas solares, por lo que la duración de la batería no es un factor limitante. Dado el carácter experimental de esta campaña, en la que el equipo de SEO/BirdLife trabajaba con una especie con la que tenía muy poca experiencia de manipulación, con un tipo de emisores nuevos que además se habían adaptado específicamente para esta acción, y sobre todo con un sistema de anclaje novedoso, se apostó por limitar el número de aves marcadas a 3, preferiblemente adultos reproductores.

Se marcaron dos ejemplares, un joven y un adulto, de forma meramente exploratoria. Los datos obtenidos son limitados y deben ampliarse en el futuro. Aún así la experiencia aporta datos de gran valor, tanto sobre la biología y patrones de distribución del cormorán moñudo mediterráneo como acerca de las estrategias de marcaje para estas aves. El joven emitió datos durante dos meses y medio, la emisión se interrumpió en junio de 2010, al poco tiempo de abandonar el nido. El adulto siguió emitiendo hasta mediados de septiembre de 2010, casi medio año después de su marcaje. En este caso la actividad fue también normal, y probablemente la interrupción de la emisión se deba a la ruptura del arnés y la consiguiente caída del emisor, como se había previsto al marcarlo.

En cuanto a la biología de la especie, los datos confirman la movilidad de los jóvenes durante la dispersión y, especialmente, el marcado carácter sedentario de los adultos. En efecto, el joven casi dio la vuelta completa a la isla de Mallorca en unos pocos días, recorriendo más de 350 km en menos de 10 días, mientras que el adulto no abandonó la bahía de Pollença en el medio año que estuvo emitiendo, sin alejarse a más de 7-8 km de la colonia en ninguna ocasión. Esto último valida el radio empleado para delimitar las IBA marinas como extensión de colonia en esta especie en el inventario de IBA marinas de España, que fue de 7 km. Aun así se observan claras diferencias en los patrones de distribución en función de la época, cuando se coparan datos de reproducción y post-reproducción.

Por otro lado se trata de una de las pocas experiencias de marcaje de aves marinas de tamaño medio con emisores GPS-PTT, hasta ahora limitado a especies de gran tamaño como los albatros. Más aún, el novedoso sistema de fijación empleado parece funcionar bien y, por tanto, podría solventar la limitación de marcar con arnés diversas especies buceadoras. Es necesario, con todo, realizar más pruebas en este sentido y asegurar que este tipo de marcajes queda a cargo de personal altamente experimentado.

Pese a la elevada precisión de los datos de GPS, la baja frecuencia de localizaciones (con un máximo de 4 por día) no permitió profundizar demasiado en el comportamiento de los cormoranes, especialmente en cuanto a ritmos de actividad y caracterización de áreas de alimentación. Esto, añadido al elevado coste de los emisores, hace replantear la utilidad de seguir marcando cormoranes con estos aparatos.