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Cañón de Creus - Campañas Junio - CSIC
Para la campaña INDEMARES-2 en el Cañón de Creus, la prioridad ha sido explorar las zonas del sur del cañón entre la costa y la zona más alejada del cañón. Esta campaña se ha realizado en el Buque Oceanográfico García del Cid del 7 al 16 de junio.
Una de las mayores dificultades en el estudio de los fondos marinos de plataforma es la localización de las comunidades representativas, sobre todo porque con los medios con que se cuenta en la actualidad sería casi imposible prospectar el área en toda su extensión. Si no partimos con información previa para saber donde y cómo se distribuyen las distintas comunidades las campañas oceanográficas puede ser un fracaso. Contar al menos con una buena información batimétrica y con la caracterización geomorfológica del lecho marino nos permitirá tener una visión previa de los fondos.
Por ejemplo, utilizando técnicas de ecosondeo podemos obtener una imagen muy aproximada del tipo de fondos. Con ella podemos diseñar los muestreos biológicos y estimar el tiempo necesario para llevarlos a cabo. Nuestro objetivo es obtener una cartografía de los hábitats para toda la zona basándonos en parte en observaciones directas y también haciendo inferencias a los fondos sedimentarios, con una misma inclinación y una superficie regular albergarán el mismo tipo de comunidades. De la misma manera sobre las barras, salientes, montañas o pequeñas mesetas cabe esperar que dominen las mismas comunidades biológicas.
Nuestra campaña comenzó con la caracterización batimétrica y geomorfológica de la zona sur del cañón de la que no teníamos información. Como se ve en la imagen, hay una serie de zonas con pequeños salientes localizados sobre una meseta de unos 20 metros de altura.
En las inmediaciones de estas zonas rocosas del borde de la plataforma continental suelen concentrarse los barcos de arrastre, porque las comunidades de fondo atraen a cardúmenes de peces con interés comercial que encuentran allí alimento y refugio.
Las primeras evidencias de la riqueza de estos fondos provienen de los trabajos de investigadores que estudiaron los organismos que eran recuperados a bordo enganchados en las redes.
En esta campaña hemos podido visitar la zona del límite entre la pared del cañón y la plataforma continental y hemos visto fondos donde se puede ver las comunidades que conforma la esponja Phakelia ventilabrum que podrían ser relictas, en esta zona del Mediterráneo.
Utilizando técnicas cartográficas específicas para el fondo, a una mayor profundidad y asociados a la zona alta del cañón del Cap de Creus se han encontrado unas alteraciones del fondo en forma de una pequeña barra o promontorios. La posible importancia de esta zona motivó una de las inmersiones con el submarino JAGO. Durante la inmersión pudimos comprobar que estos promontorios se asemejan a los arrecifes de poliquetos serpúlidos que normalmente crecen en la línea de costa. Se podría decir que son arrecifes subfósiles (en proceso de fosilización) ya que la estructura calcárea está formada por tubos de poliquetos muertos y sus orificios y espacios rellenados por sedimento y otros restos orgánicos. En las imágenes se puede ver la muestra que recogimos de este “arrecife” para ser estudiada en nuestro laboratorio.
Durante la última década se ha podido confirmar el papel de las comunidades de corales profundos como hábitats importantes para muchas especies al proporcionarlas refugio en sus fases larvarias y juveniles. En las campañas previas tomamos muestras de zooplancton con redes que se desplazan muy cerca del fondo, tanto que en muchos casos incluso recogían sedimentos cuando llegaban a tocar el sustrato. Hemos tomado muestras de fases larvarias de algunos peces y crustáceos que no son frecuentes en aguas abiertas y otras especies como las larvas de merluza (Merluccius merluccius) que suelen ser muy escasas en las muestras de plancton. Este hallazgo nos planteó la necesidad de tener la certeza de que lo que realmente estábamos estudiando con esta metodología eran las poblaciones o comunidades de zooplancton asociadas a las colonias de corales o las estructuras rocosas (como cavidades) situadas en la pared del pared del cañón, y que las muestras que recuperábamos a bordo no se habían contaminado al atravesar los 400 m de la columna de agua. La única posibilidad que teníamos de estar seguros de que las muestras que queríamos estudiar procedían de las mismas paredes o comunidades de corales era recogerlas “in situ” mediante bombas de succión asociadas al submarino JAGO y que pudiéramos tener el control absoluto del proceso y la certeza de conocer cómo y dónde se recolectaban.
Hasta dónde tenemos constancia, se han recolectado por primera vez muestras de zooplancton in situ en una pared de un cañón submarino en el Mediterráneo. En una primera inspección de las muestras recolectadas hemos podido constatar que la cantidad de plancton recogido por la bomba es muy superior en las estaciones en las que nos constaba la presencia de colonias de Madrepora oculata. Y que las muestras con una concentración de plancton menor correspondían a localizaciones en las que no había colonias de coral, en zonas de bloques o terrazas de la zona alta de la pared del cañón.
Los estudios llevados a cabo en los laboratorios del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona sobre crecimiento de corales profundos han demostrado que lo hacen a una velocidad mucho mayor que lo que se suponía e, incluso, a unas tasas comparables a algunas especies de corales tropicales. Estas comunidades tan importantes para la recuperación de los stocks de especies de peces con interés comercial se podrán recuperar en décadas y no en siglos o más tiempo como se temía.
Durante esta campaña hemos empezado una nueva serie de experimentos esta vez sobre una especie de gorgónia. Se trata de una especie del género Eunicella que se desarrolla en algunas poblaciones en la zona media de la plataforma continental con cierta densidad. Las poblaciones se encuentran agrupadas en pequeñas manchas o grupos separados por zonas barridas por artes de pesca de todo tipo. Entre éstos núcleos de apenas 10 a 20 metros de diámetro se encuentran pequeñas colonias, reclutas que parece que se encargarían de recuperar los prados de gorgónias. Para conocer cuál es su potencial de crecimiento y reproducción recogimos colonias que una vez aclimatadas en los acuarios serán estudiadas.
Con el mismo objetivo que las colonias de Eunicella se recolectaron también algunos individuos del crinoideo Leptometra falangium. Esta especie, como la gorgónia, forma prados que son considerados como las zonas preferentes para el reclutamiento de ciertas especies –hasta el punto de considerarse como un hábitat crítico para los recursos pesqueros del Mediterráneo- y constituyen puntos de alta diversidad y objeto de protección en algunas zonas del Mediterráneo. Estos crinoideos que suelen quedar enganchados en las redes de arrastre son luego lanzados al mar bajo la suposición de que no mueren o se recuperan fácilmente. Nuestro equipo va a investigar si esta suposición es cierta. Para ello ejemplares recogidos en la zona media de la plataforma con un patín de arrastre de fondo se han instalado en los acuarios del ICM. Lo que podemos avanzar es que, al cabo de unas semanas, los diferentes individuos si bien se habían adaptado a las condiciones de acuario no manifestaron ningún síntoma de recuperación. Pero al cabo de dos meses algunos individuos mostraban un inicio de crecimiento en los brazos rotos por la acción de la recogida lo que puede volver a abrir una esperanza para la conservación de este hábitat esencial.
Las adversas condiciones meteorológicas que sufrimos durante algunos días durante la campaña nos obligaron a centrar nuestras actividades de prospección en la zona de la plataforma paralela a la cara sur del Cap de Creus. Se realizó una inmersión con dos objetivos. En primer lugar se trata de una de las zonas de las que tenemos menos información, sobre todo debido a que en ocasiones anteriores ya hemos encontrado dificultades como las mencionadas. Y en segundo lugar, por la posibilidad de que las zonas donde más asiduamente los pescadores calan las redes sean zonas de un especial interés para nuestras investigaciones lo que se correspondería con la abundancia de especies de interés comercial. El contar con la pericia de Jurgen Schauer, el piloto del submarino JAGO y con la habilidad de Covadonga Orejas -nuestra argonauta más experimentada que actualmente trabaja en el IEO de Santander y que habitualmente participa en las campañas- nos aseguró un completo éxito en la exploración de la zona. Durante la prospección observamos que la zona coincide con un área de barras de roca colonizadas por esponjas y gorgónias pero muy deterioradas por el efecto de las redes que tocan el fondo cuando están caladas. Durante la inmersión se sortearon las redes caladas pero se observaron otras abandonadas que estaban en alguno de sus tramos reposando sobre el fondo. Una imagen sorprendente y también lamentable, fue observar como las redes abandonadas actuaba como una trampa mortal para peces y crustáceos.
Durante una de las últimas inmersiones con el submarino JAGO se pudo observar un fenómeno que si bien no es extraño en el Mediterráneo es muy difícil de ver ya que al parecer responde a situaciones temporales peculiares. Se trata de grandes aglomeraciones de ofiuras, con concretamente de la especie Ophiotrix fragilis. Pudimos constatar la presencia de una gran concentración de estos organismos a unos 100 metros de profundidad en la zona media de la plataforma continental al sur del cañón de Cap de Creus. Las condiciones climatológicas durante estos días de la campaña, con vientos fuertes de suroeste y variando a norte en algunos momentos, favorecían el transporte y la suspensión de una concentración muy elevada de partículas en el agua. Tanto la abundancia de partículas como la sorprendente concentración de ofiuras son un ejemplo más de la elevada productividad de la zona lo que definitivamente, redunda en una elevada biodiversidad tanto de especies como de hábitats.
En la actualidad la utilización de robots submarinos, los sumergibles tripulados y los sistemas directos de observación visual y fotográfica está cambiando radicalmente esta situación. Y cabe destacar un enorme avance ya que no hace falta destruir el fondo marino para estudiarlo; no es necesario arrastrar instrumentos por el fondo para recoger los organismos que serán identificados y estudiados en el laboratorio. Por otra parte, el estudio de las imágenes recogidas con los vehículos submarinos -complementados con la recogida selectiva de algunos ejemplares y muestras- permite conocer la distribución y la estructura de especies y poblaciones y permite tener una visión objetiva y real de la distribución de los organismos.
A lo largo de las distintas campañas hemos observado cómo especies de peces o crustáceos transitan por la plataforma en busca de protección, lugares para la reproducción o una mayor disponibilidad de alimento. En la última campaña incluso pudimos observar un caso singular como la detección de una comunidad de coralígeno de plataforma en la que coexisten especies más litorales como el zooantario Parazoanthus axinellae entre otras especies con especies de mediana profundidad como son las colonias del coral Madrepora oculata. También pudimos comprobar cómo los peces encuentran refugio en las especies sésiles que configuran sustratos tridimensionales en la plataforma. Como es fácil comprender, cuando estas estructuras y comunidades de la plataforma son destruidas por el arrastre la conectividad entre la zona costera y las comunidades semiprofundas de la plataforma y el talud continental queda seriamente comprometida.
Estudios como los que se están llevando a cabo en el Cap de Creus requieren de campañas oceanográficas multidisciplinares y de un bagaje previo que permita rentabilizar al máximo el esfuerzo y el trabajo. El estudio incluye además campañas litorales, tratamiento de datos históricos, la adquisición de información procedente de distintas fuentes sobre batimetría, hidrografía, datos biológicos, etc. Las campañas requieren la combinación de distintas técnicas de estudio: sondas para batimetría, aparatos y sistemas de muestreo de la columna de agua, equipos de muestreo indirecto como redes y dragas y para complicarlo más, toda la logística necesaria para que el submarino JAGO trabaje con las máximas garantías de seguridad y rentabilidad.
El momento más complicado es cuando hay que poner el submarino en el agua. Cada una de estas operaciones requiere la colaboración de cómo mínimo 8 de los técnicos y científicos de a bordo y de 6 miembros de la tripulación. A veces se requiere la ayuda de todo el personal disponible. Durante la inmersión que puede durar horas (unas 3 horas de promedio), el barco debe seguir al submarino en superficie y estar en contacto continuamente con el piloto.
Es evidente que no podemos desarrollar ninguna otra actividad hasta que el submarino es recuperado. Luego, una vez en la cubierta, el submarino necesita unas cuatro horas para recargar las baterías y llenar los tanques de aire comprimido antes de programar una nueva inmersión. Si el submarino ha recogido ejemplares para su estudio en vivo en los acuarios del ICM, éste es el momento de trasladarlos a los acuarios de mantenimiento instalados en el laboratorio del buque, controlados en cada momento por personal capacitado para su mantenimiento y el cuidado de los organismos hasta el final de la campaña.
Con los estudios realizados tanto en el marco del proyecto INDEMARES como en otros estudios previos, se puede afirmar que la franja costera y la plataforma del área del Cap de Creus cuenta con uno de los niveles de diversidad biológica más elevados del Mediterráneo. Las causas generales de este fenómeno de alta diversidad se conocen también desde hace tiempo y tienen que ver tanto con la elevada producción biológica, con un hidrodinamismo continuado e intenso, con la mezcla estacional de aguas superficiales y de profundidad y una gran variedad de estructuras geomorfológicas en el fondo marino que proporcionan una gran diversidad de hábitats.
Los nuevos hábitats asociados a la concentración de especies que se han descubierto y estudiado durante la última campaña, tras la prospección de nuevas zonas sobre las que no habíamos trabajado anteriormente, corroboran tanto la diversidad de hábitats como de especies en la zona.
El estudio que se está llevando a cabo en el ámbito del proyecto INDEMARES cuenta con la extraordinaria colaboración de varios de los mejores expertos en biodiversidad mediterránea. Científicos del nivel como Iosune Uriz, Mikel Zabala, Pablo J. López, Ana Sabatés, Rafael Sardá, Momtserrat Ramón, Pere Abelló y Teresa Madurell, garantizan el resultado de las identificaciones de las muestras y una aproximación objetiva y exhaustiva al conocimiento de la biodiversidad de la zona.