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Sur y Oriente de Fuerteventura y Lanzarote Campaign Summary - September - October 2011 - SECAC

Personal SECAC fotoidentificando © SECAC

Estrenamos la nueva campaña en el oriente de Lanzarote-Fuerteventura el día 8 de septiembre con nuestro eterno ir y venir entre el barco y la oficina trasladando el material de investigación; maletines estancos con cámaras y objetivos, cuadernos con fichas de esfuerzo visual, esfuerzo acústico y avistamientos, kits de limpieza y mantenimiento de los equipos, ordenadores portátiles, repuestos de todo y para todo (por si acaso), maletas personales, bolsas de comida, etc. Primeramente se limpió todo el barco, llenado los depósitos de combustible y agua y arrancado el motor varias veces. Nuestra plataforma está lista…

Empezamos así las salidas de esta nueva etapa el día 9 de septiembre, con la visita de la televisión alemana; Willi Meyer y su equipo de Canal ARTE se presentaron a primera hora en el Oso Ondo con cámaras de fotos y vídeo, trípodes, micrófonos y demás artilugios que se mezclaron rápidamente con todo el material de investigación. Su objetivo: grabar el trabajo de la SECAC, incluyendo las campañas en el mar como esta de INDEMARES. Además de la televisión también nos acompañaba Sara Schulz de la revista Lanzarote 37°, con idéntica misión. Como intérprete y colega vino Klaus Guttemberger y por si algún buen plano pretendía escapar a nuestros objetivos audiovisuales, también embarcó Rafael Herrero, de AQUAWORKS, colaborador habitual de la SECAC y artífice de los documentales e imágenes submarinas que la SECAC utiliza en sus trabajos, con su equipo de filmación submarina.  Con tanta expectativa todos cruzábamos los dedos para que fuera un buen día… además también comenzábamos a trabajar con nuestro nuevo patrón, Santiago Quintana, Chago para todos desde el primer día, gran conocedor del mar y patrón en barcos de investigación desde hace más de 20 años.

Pero la singladura del primer día vino marcada por una intensa calima, que redujo la visibilidad a las primeras 3 millas y el cielo además aparecía bastante cubierto (cobertura nubosa del 70%)… por suerte la fuerza del viento era baja (Beaufort 1) y la superficie del mar estuvo en calma durante las primeras horas de la mañana. El trabajo en general y el esfuerzo visual en particular resultaron un poco extraños con tanta gente a bordo… hubo que repetir varias tomas de las tareas cotidianas y fueras donde fueras, había alguien grabando. Pero también fue muy divertido.

A media mañana se avistó un grupo de 12 delfines mulares, donde se fotografiaron adultos, juveniles, dos crías y un neonato. No se acercaron al barco pero tampoco parecían molestos por nuestra presencia. Por desgracia, el tiempo a lo largo de la mañana fue empeorando al subir la fuerza del viento. El pronóstico meteorológico además era bastante malo para los días siguientes. Pusimos rumbo a puerto mientras comenzábamos a recoger…

Tras varios días de viento y ola que retuvo al equipo con trabajos de oficina, y por supuesto tras el conocido traslado de material entre la oficina y nuestro Oso Ondo el día 14 de septiembre (cómo agradece el equipo de investigadores que apenas disten 5 minutos a pie), continuamos la campaña el día 15 de septiembre, aprovechando que el mar nos dio una tregua. Así, a las 8.30 h ya estaba todo el equipo de la SECAC y los voluntarios a bordo del Oso Ondo. Tras preparar el material fotográfico, colocar las fichas de esfuerzo y avistamientos, los programas informáticos y el hidrófono, así como el material para la toma de biopsias, salimos del puerto con rumbo este hacia el primer punto de nuestro transecto.

Durante la primera parte de la mañana y hasta las 12.00 h las condiciones resultaron muy buenas para los avistamientos. Brisa muy suave del E y mar de fondo de menos de 50 cm (también de componente E) y leve calima en el horizonte que no impidió disfrutar de una visibilidad óptima (>5 millas náuticas). Sin embargo, a medida que avanzaba el día se fue levantando el viento (hasta fuerza 3) con lo que la superficie del mar se fue llenando de olas espumosas que iban disminuyendo la capacidad de detección de cetáceos, llegando a media tarde a tener una detectabilidad muy pobre.

Una vez en el mar e iniciado el escaneo visual desde la torreta de la embarcación (a 6 m sobre el nivel del mar) tuvimos nuestro primer avistamiento tras dos horas de esfuerzo, varios rorcuales tropicales (Balaenoptera edeni) dispersos fueron avistados en un área de 5 millas cuadradas. Todos estaban evasivos y realizaban inmersiones largas, permaneciendo omnidireccionales en la zona, probablemente alimentándose por la abundante carnada que fuimos observando en la zona durante toda la mañana. Únicamente conseguimos acercarnos lo suficiente para que los animales fueran fotoidentificados, sin embargo la toma de biopsias (para análisis genéticos, tóxicos y tróficos) resultó inviable. Mientras el equipo intentaba acercarse a los rorcuales para la toma de muestras biológicas, se avistó una par de Zifios de Cuvier (Ziphius cavirostris) bastante lejos. La embarcación puso rumbo a ellos y como es habitual en esta especie de hábitos profundos, tras un par de minutos en superficie se hundieron de nuevo. Las inmersiones de los zifios pueden ser de dos tipos, inmersiones cortas de 15 o 20 minutos a media profundidad e inmersiones largas de hasta 100 minutos a gran profundidad. La pareja de zifios de Cuvier estaba realizando inmersiones cortas y fueron reavistados tras las dos primeras (al mismo tiempo que los rorcuales seguían soplando en la zona) pero se perdieron en la tercera y dimos el avistamiento por terminado, tras esperar más de una hora con observación a 360°, volviendo el barco al transecto original en el punto donde lo abandonamos.

A última hora de la tarde y ya con rumbo de vuelta al puerto, se acercaron al barco varios delfines moteados (Stenella frontalis), adultos y subadultos permaneciendo durante unos minutos surfeando en la estela de la proa. No se fotografiaron por falta de luz, no obstante, el comportamiento acústico realizado junto al barco fue claramente registrado con los silbidos y clicks tan característicos de los delfines moteados.

Además de estas especies de cetáceos, se avistaron bastantes tortugas bobas (Caretta caretta). Hacía tiempo que no se veía un número tan alto en tan poco tiempo en el mismo área, más de 15 a lo largo de una línea de deriva y durante algo más de una hora. Todas sanas, de tamaño mediano y en principio descansando en superficie. También se vieron varias especies de aves marinas, pardelas cenicientas (Calonectris diomedea) en grupos mucho más pequeños ya, petreles de Bulwer (Bulweria bulwerii), charranes comunes (Sterna hirundo) y algunas pardelas chicas (Puffinus assimilis) volando rumbo sur.

Llegamos a Puerto Calero a las 22:00h, el día siguiente ya se ha constatado que habrá viento así que trasladamos el material de nuevo a la oficina en tierra. Por las previsiones meteorológicas no esperamos volver a salir antes de una semana… ¡Oh!

Tras preparar el barco y todo el material (de nuevo…) el día 25 de septiembre, volvemos a intentarlo el 26 de septiembre ya que parece que la meteo es favorable. Han sido días de bastante ansiedad mirando el parte meteorológico cada cinco o seis horas, con todo el material de trabajo e investigación, al que ya denominamos el chiringuito preparado en la puerta de la oficina, por si había una esperanza de salir al mar. Los días pasan, con ellos las semanas y el viento incansable que azota últimamente Lanzarote tiene al equipo algo estresado, preguntándose dónde están las calmas que caracterizan a esta época del año…

Salimos así el día 26 de septiembre, felices al fin, del muelle deportivo de Puerto Calero a las 9.30 h, tras montar todo el material de investigación a bordo del Oso Ondo. Tuvimos un día soleado de temperatura muy agradable, aunque el parte meteorológico nos falló, pues esperábamos 4-5 nudos pero ya desde primera hora hubo bastante más viento; variable en fuerza 2 y 3 de componente NE, asentándose definitivamente en fuerza 3 (7 a 10 nudos) a partir del mediodía. El mar de fondo, también del NE, no superó 1 m de altura pero las pequeñas crestas de las olas hacían que la detectabilidad fuera pobre (valor 1) la mayor parte de la travesía. El día estuvo al menos muy despejado (nubosidad <20%) y sin rastro de la calima de las últimas semanas. Aunque las condiciones no fueron del todo malas, los transectos realizados (elegidos aleatoriamente según la metodología del programa Distance Sampling) quedaban totalmente atravesados a la ola y durante todo el día el Oso Ondo se meció de una banda a otra, que aunque suavemente, no dejaba de ser un movimiento bastante incómodo tras unas cuantas horas. Aun así, la agradable temperatura, el sol, el buen humor de los voluntarios y dos grupos de delfines en la proa, hicieron de la salida un día de trabajo muy ameno.

El primer avistamiento a las 12.24 h dejó sin embargo un sabor agridulce, se avistó un soplo pero sólo una vez, sin rastro de lomos, aletas o más soplos. ¿Un rorcual…? ¿Zifios quizá…? En estos casos se cataloga el avistamiento como una especie no identificada. Los dos avistamientos posteriores fueron mucho más agradecidos, ambos de delfín moteado (Stenella frontalis) un grupo de 25-35 individuos y otro de 12. Como es habitual, los moteados se acercaron al barco, surfeando en la proa y regalándonos algún que otro salto, además de un gran repertorio de clicks y silbidos a través del hidrófono. Parece increíble cómo esperan cerca del barco y si éste para, enseguida pierden el interés. Si el barco continúa su marcha, se acercan saltando por las bandas y suelen quedarse un buen rato en la ola que desplaza la proa, para delicia de todos, especialmente de los voluntarios que vienen por primera vez. En ambos grupos predominaban los juveniles, que carecen del característico moteado de la piel de esta especie.

Durante más de 2 horas (y curiosamente igual que la última jornada) se vieron muchas tortugas bobas (Caretta caretta), muy cercanas unas a otras, incluso algunas de dos en dos, dato curioso sin existir presencia de líneas de deriva en el área, además su tamaño indicaba que eran juveniles, con lo cual no se estaban reproduciendo y no son animales que socialicen entre sí, sino más bien se muestran agresivas con la presencia de otras tortugas. En total se realizaron 26 avistamientos, con un mínimo de 28 tortugas contabilizadas.

Para desesperación de toda la tripulación, el Oso Ondo volvía a quedar amarrado al muelle durante varios días… La mañana y tarde del 30 de septiembre sin embargo, trasladamos ¡de nuevo! todo el material al barco, se hicieron compras y calibrado general de aparatos para estar listos y salir al día siguiente por fin. La primera etapa de las campañas del nuevo mes tuvo lugar los días 1 y 2 de octubre, y salvo una fuerte calima que redujo la visibilidad a las primeras 3 ó 5 millas, las condiciones meteorológicas y el estado del mar fueron ideales para la observación y el estudio de cetáceos. Por fin, para alegría de todo el equipo, pudimos disfrutar de un mar planchao que dicen por estas aguas. Poco viento, mar de fondo sin rebasar apenas los 50 cm de altura y cielo bastante despejado hicieron las jornadas de trabajo muy agradables. Quizá el 1 de octubre hubo un exceso de calor, que especialmente los observadores tuvieron que sufrir en la torreta de avistamientos del Oso Ondo. Durante las inmersiones de los cetáceos contactados, principalmente los zifios, que pueden llegar a bucear durante 100 minutos, es cuando más se acusan las condiciones de insolación, temperatura, ausencia de viento y calima, haciendo que la crema solar y por supuesto los litros de agua desaparezcan a gran velocidad del stock del barco… pero nadie se queja, ya llegarán los días de invierno…

La noche del 1 de octubre, el barco y parte del equipo pernoctó en Puerto Naos, Arrecife (Lanzarote). En ocasiones, en función del punto final del transecto realizado ese día, y el inicial del siguiente muestreo, merece la pena atracar en otro puerto diferente a Puerto Calero (base de la embarcación de la SECAC actualmente) como puede ser La Graciosa, Marina Rubicón, Puerto Naos… La jornada del día 2 coincidió con el cierre de las playas de Lanzarote debido a la presencia de una marea de microalgas, capaces de generar cianobacterias de gran toxicidad para el ser humano. Afortunadamente todo volvió a la normalidad en 48 horas.

La campaña empezó bien, 3 zifios de Blainville (Mesoplodon densirostris), una cría y dos adultos, uno de ellos macho con seguridad, ya que se apreciaron y fotografiaron perfectamente el par de dientes, visibles al emerger a respirar. La madre-cría no se acercó al barco, pero el macho apareció varias veces muy cerca de la embarcación, pudiéndose identificar muy bien su aleta dorsal. El grupo estaba haciendo inmersiones relativamente cortas (emergían cada 16 minutos) y tras cada inmersión los encontrábamos de nuevo, hasta que el ferry que une Lanzarote y Gran Canaria pasó literalmente por encima. Los zifios no se volvieron a avistar. También muy interesantes fueron los avistamientos de delfines listados (Stenella coeruleoalba), en dos ocasiones se vieron alimentándose junto a pequeños averíos de gaviotas patiamarillas, pardelas cenicientas y charranes comunes (Larus cachinnans, Calonectris diomedea y Sterna hirundo). No eran grupos grandes ni se vieron parejas de madres-crías.

Donde sí se anotaron todos los grupos de edad, neonatos inclusive, fue durante el contacto con varios grupos de delfines moteados (Stenella frontalis), que, como siempre, se sintieron atraídos hacia el barco, sobre todo a la ola que desplaza la proa y al cable del hidrófono, donde estuvieron emitiendo silbidos y clicks durante gran parte del avistamiento. A destacar en esta primera semana también fueron dos avistamientos de zifios de Cuvier (Ziphius cavirostris) y uno de cachalote enano (Kogia sima). En el caso de los zifios, hubo un avistamiento de 4 individuos, mínimo dos machos maduros, que llamó la atención de los investigadores por lo inusual de ver a los zifios inmóviles en superficie ¿descansando quizá? Después de inmersiones relativamente cortas (no más de 15 minutos). Se realizaron diez esperas y después de todas ellas los individuos fueron reavistados y fotografiados. El cachalote enano sin embargo, apenas si pudo ser fotoidentificado desde lejos ya que nada más detectar la presencia de la embarcación se hundió y no volvió a ser visto.

Durante estos dos primeros días de campaña, en un área a unas 10-15 millas de la costa, se contabilizaron un total de 55 tortugas bobas (Caretta caretta) en otros tantos avistamientos, algunas se avistaron en parejas, tocándose con las aletas delanteras entre sí; se catalogaron todas como juveniles y sanas.

El siguiente día de campaña imputable al proyecto INDEMARES no se pudo llevar a cabo hasta el 13 de octubre (por supuesto después de volver al trajín de llevar y traer material, preparar el hidrófono, montar el material de investigación, compras varias, agua, etc.) y a pesar de que el parte meteorológico era aceptable, las condiciones no fueron nada buenas para el estudio de cetáceos.  Una pena porque ese día nos acompañaban Gorka Leclercq con el objetivo de realizar algún vídeo del trabajo a bordo, por supuesto mucho mejor si es durante el contacto con cetáceos. Además contábamos con la presencia de Sergio Espino y Leire Amador, voluntarios que colaboraron de forma entusiasta en las labores del barco; pero apenas comenzada la jornada ya teníamos un viento bastante fuerte (Beaufort de 11 a 16 nudos, fuerza 4) y una detectabilidad muy pobre, ya que la superficie del mar aparecía revuelta y llena de olas espumosas, lo que hacía muy difícil ver aletas o detectar soplos por ejemplo. A mediodía se acordó poner fin al esfuerzo visual y volver al puerto, decisión acertada ya que hacia las 15.30 h ya teníamos un viento de más de 20 nudos. El único avistamiento del día fue de una especie de cetáceo sin identificar, en un momento de la mañana, se observaron tres cuerpos a lo lejos, sólo durante un par de segundos y no se volvieron a avistar. La embarcación esperó un buen rato en la zona, por si aparecían de nuevo pero esto no ocurrió. Además el estado del mar complicaba mucho la detección de cualquier signo de presencia de cetáceos.

¿Qué fuerza actúa en contra de la SECAC últimamente? Cualquiera se fía de los partes…

Durante la vuelta al puerto, se avistaron 4 tortugas bobas (Caretta caretta). De tamaño pequeño y mediano, aparentemente sanas y todas lógicamente muy cerquita del barco, ya que el estado de la mar no permitía una detección más allá de 100-150 m. ¡Algo es algo! Llegamos al puerto a las 14.00 y comenzamos la tarea de devolver todo el material de investigación a la oficina de la SECAC… Quedamos, como siempre, pendientes del parte meteorológico…

Volvimos a preparar todo el día 22 de octubre bajo la mirada entre burlona y envidiosa de compañeros de puerto, vecinos de pantalán y marineros de otros barcos. Salíamos de nuevo el 23 de octubre con una previsión maravillosa… ¡que por fin se cumplía! Desde el último día de campaña en el mar, el 13 de octubre, hubo muchos intentos… pero el parte no nos dio tregua hasta la última semana. Durante todo el día el mar estuvo en calma, una jornada completa sin viento ni olas. El cielo quedó muy despejado después de una noche de lluvia y quizá el único problema fue el calor, sobre todo durante las esperas en los avistamientos. En cuanto a condiciones de visibilidad y detectabilidad de cetáceos, fue un día perfecto. Se aprovechó al máximo con casi 13 horas de trabajo en el mar.

Se avistaron delfines mulares (Tursiops truncatus), zifios de Blainville (Mesoplodon densirostris), delfines moteados (Stenella frontalis) y un rorcual cuya especie no se pudo determinar porque sólo se vio el lomo y el soplo en la lejanía. En el último turno de esfuerzo visual, se avistaron también dos zifios, apenas durante unos segundos antes de sumergirse. Debido a la falta de luz, tras media hora de espera se abandonó el avistamiento y se clasificó como zifios no identificados. Los mulares y los zifios de Blainville fueron muy buenos avistamientos y se fotoidentificaron muy bien. Muchos delfines mulares y todos los zifios por ambos lados.

Igual que en días anteriores, durante unas horas y en una zona al noreste de Lanzarote se vieron un total de 44 tortugas bobas (Caretta caretta). Una de ellas estaba enredada en un amasijo de redes y cabos, con varias vueltas alrededor de una de las aletas delanteras. Se pudo subir a bordo y se liberó de la red antes de devolverla al mar. También se sacó del mar un palangre ilegal que flotaba a la deriva, con varios cientos de metros de cabo de pesca enredados, por suerte era reciente y no había animales atrapados en él.

El parte meteorológico nos depara de nuevo muy mal tiempo para lo que queda de mes así que se recoge todo el material de investigación y el barco en general, para que el material de investigación permanezca en las dependencias de la entidad.

¡Ojalá la meteo se equivoque y podamos volver a salir unos días antes de que acabe el mes!

En Lanzarote, seguiremos informando…

Leire Ruiz Sancho

Desde la SECAC queremos agradecer a los voluntarios, colaboradores y amigos su entusiasmo y su inestimable ayuda durante los avistamientos y maniobras del barco, además del buen humor y la colaboración en los otros trabajos del Oso Ondo… recoger, cocinar y fregar, limpiar el material, etc. en especial a Alexis Rivera, Gorka Leclercq, Nuria Varo y Yaiza Sistiaga.

(Posted November 10, 2011)

Marisa Tejedor en la torre de avistamientos © SECAC
Enrique Pérez durante las paradas acústicas © SECAC
Leire Ruiz en el fly del Oso Ondo durante las esperas de zifios © SECAC
Grupo de delfines mulares (Tursiops truncatus) avistados el 09/09/2011 © SECAC
Gorka Leclercq grabando un avistamiento para el documental INDEMARES el 23-10-2011 © SECAC
Tortuga boba (Caretta caretta) rescatada de la redes el 23-10-2011 © SECAC
Mapa de los transectos realizados © SECAC
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