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Campaña Chimeneas de Cádiz - Febrero 2011 - IEO # Mensaje 15
Jueves 24 de febrero de 2011
Al despertar, tenemos la sensación de que la noche se nos ha ido volando. Cuando nos levantamos parece como si nos acabáramos de acostar. La mar esta muy tranquila y a penas sentimos el movimiento de las olas. La luz del amanecer se cuela entra las rendijas de las cortinas que cubren el portillo de nuestros camarotes. Es fantástico poder disfrutar del paisaje marino que ofrece el amanecer en la mar, sin salir del camarote. Todos los camarotes de científicos dan al exterior, un lujo que no es frecuente en todos los buques oceanográficos. Una vez en pie, tras el pertinente, y muy conveniente aseo personal, nos dejamos caer escaleras abajo y nos acomodamos en el comedor donde nos espera un magnífico desayuno. Víctor, siempre atento a todo aquel que entra en su comedor, nos ofrece un trato excelente y un cafelito calentito con tostadas y galletas.
El Jefe de Campaña y el Capitán ya han tenido su reunión de maitines cuando comenzamos a aparecer en tropel por el comedor. Hoy tenemos la suerte de poder contar con Curro y Laura a la hora del desayuno, puesto que hemos tenido que suprimir los muestreos con CTD por avería irresoluble. Esperamos recibir instrucciones desde tierra durante el día de hoy para ver si conseguimos arreglar un CTD y rematar el muestreo antes de que mañana regresemos a puerto.
El estado de la mar es bueno y las previsiones meteorológicas nos indican que vamos a tener viento de levante con fuerza 3 a 4, con marejadilla a marejada por la tarde. No pintan mal las cosas porque, si es como en días anteriores, en ambas situaciones podremos trabajar con los equipos de muestreo, siempre y cuando el viento no vaya a más y se levante más mar, que todo es posible. Así nos lo advierte Luismi de la manera acostumbrada: Febrerillo loco, ningún día se parece a otro.
A las 08:02 ya está el Contramaestre José Manuel Alonso Campelo Txapela, o también Chapela -en realidad es vasco, a pesar del marcado acento gallego que ha adquirido después de tantos años viviendo en Galicia y trabajar rodeado de gallegos-, dando instrucciones para que la maniobra con testigo de gravedad se inicie. Txapela, Chapi para los más antiguos y de mayor confianza, tiene antigüedad en el buque. No hay detalle que se le escape ni maniobra en cubierta que no sepa dirigir con acierto. Hay veces que no dice nada y con un solo gesto los marineros saben como tienen que actuar. No es cosa de señales con la mano, un código que todos los de maniobra conocen y saben utilizar, esto es un gesto con la cara o con la cabeza, otras veces gesticulando con el cuerpo, echando el cuerpo para un lado o cosas así. Es un auténtico Director de Escena. Amable y atento, siempre servicial y con una paciencia infinita con los científicos. Sabe bien que sistema utiliza cada cual y en que condiciones se emplea, y para que. Su antigüedad a bordo le ha permitido ver como han evolucionado los sistemas de prospección oceanográfica.
Hoy nos vamos a concentrar en el complejo de relieves pareados denominados Chica 1 y Chica 2. Estos dos montículos están situados en la orilla de levante del mismo canal en el que se ubica Pipoca. Este canal está excavado por la corriente profunda mediterránea y transporta agua cálida que desestabiliza el gas hidrato enterrado cerca de la superficie del fondo, permitiendo así que el metano se expulse al exterior de los sedimentos. Los geólogos mantienen posturas diferentes en cuanto a la génesis de estos dos relieves. Unos creen que son volcanes de fango, o montículos producidos por la expulsión de fluidos, mientras que otros creen que no son más que relieves residuales de carácter erosivo. También hay quién ha postulado una posible génesis como montículos carbonatados, pero esto, a decir del IP, no es una idea muy fundamentada. Pero, tal y como hemos comprobado, en el Golfo de Cádiz todo es posible. Dice el IP que en Cádiz los cuartetos pueden ser de tres, cuatro o, incluso, cinco componentes, así que ¿porqué no va a tener una naturaleza aún más rara de lo que somos capaces de imaginar?
Pues, ¡hala!, pirulo al agua y a ver que es lo que sale. Tenemos el fondo en Chica 1, a 652 metros de profundidad. Una vez que lo recuperamos se extiende un fuerte olor a sulfídrico que tira de espaldas. Se abre el testigo para analizar su contenido y se comprueba que tiene un fango arenoso muy compacto a muro y con fuerte olor a gas. Longitud total: 2.14 m. Fantástico.
Pasamos a Chica 2 -situado más al sur que el anterior-, donde el fondo está a 648 metros de profundidad. Son la nueve y media y hace un sol radiante, aunque algo de fresco en cubierta. El traje de aguas recalienta el interior del cuerpo pero los pies se quedan helados cuando hay que lavar sedimento. Me dicen que casi todos llevan doble par de calcetines de montaña, pues ya se conocen bien este asunto. De esta manera evitan sufrir más con los pies. Al recuperarlo vemos que la boca está toda mellada. Ha colisionado contra una roca, probablemente un enlosado o, ¿Quién sabe, quizás una macro chimenea como la que hemos recuperado hace unos días. Se ve que este relieve tiene unas ganas tremendas de que lo cataloguemos como volcán de fango, que no hace dar más que muestras de que, en realidad, lo es. Tenemos unos 15 cm de sedimento, que es el grosor de la capa que recubre las rocas subaflorantes. Trae una Gorgona consigo, así que los bentólogos ya están más felices.
Nueva maniobra para terminar de arrancar todos sus secretos a Chica y arrastramos con la draga a 756 metros. A estas profundidades no es fácil arrastrar la draga pues la corrientes de fondo son muy fuertes y nunca terminas de saber si la draga ha caído exactamente en el punto que deseabas. Por ello, los arrastres tienen un nivel de fiabilidad un poco relativo. Es necesario comprobar con imágenes de fondo la distribución de las especies que vamos muestreando, de aquí la importancia de los perfiles con cámara digital. Obtenemos costras arenosas de grano medio, corales, gorgonias, esponjas, escoria. Los bentólogos recomiendan desplazarse a la depresión que forman los montículos y arrastramos de nuevo a 727 metros de profundidad: abundante cantidad de escorias, erizos Cidaris, esponjas, que nos indican la existencia de un sustrato duro.
Por fin nos llega el turno del almuerzo. La intensidad del muestreo matutino nos está dejando liquidados y las manos más arrugadas que el pellejo de Nefertitis. El menú de Los Antonios -ya sabéis que en este barco, como no te llames Antonio no entras de cocinero y el aserto se demuestra mencionando los nombres de los cocineros, Antonio Fernández Iglesias, el Primero y Antonio Peixoto Regueiro, el Segundo-, ¡dará que hablar! Por si éramos parcos en palabras, resulta que hoy nos atiza unos filetes de lengua de vaca con patatas asadas que nos van a animar mucho la conversación, a decir de Víctor nuestro atento y simpático Mayordomo. Pero antes de atacar el filete del músculo sin hueso, nos metemos entre pecho y espalda unos guisantes muy sabrosos con sus tropezones de jamón y, a continuación, un rape a la plancha con ensalada jugosísimo. No podía faltar el helado de chocolate de postre para endulzar el paladar y salir, de nuevo, a cubierta para seguir trabajando.
Pasamos a muestrear con box corer a 672 metros de profundidad. Todos inquietos para ver si la draga se cierra correctamente. Algunas veces falla y esto es un disgusto y una pérdida de tiempo. Hay que ponerse a pensar la razón por la que no ha cerrado. Menos mal que contamos con el apoyo de máquinas que siempre están dispuestos a enderezar alguna pieza metálica o a soldar algún roto o lo que se tercie. Cuando la recuperamos parece que ha funcionado bien pero ha recogido poca muestra, una fona capa de fango muy licuado. Luismi, en consonancia con los bentólogos, interpreta que hay substrato duro con un pequeño recubrimiento de fango. Es, en teoría, un mal punto para muestrear con box corer. Nos desplazaremos un poco para seguir intentándolo.
Una de las personas que más sorprende es la sedimentóloga Nieves López. Su trayectoria profesional está forjada a modo de rosario de esfuerzos que acaban de culminar con la consecución de una plaza de Investigadora Titular en el IEO. Estudió los primeros cursos de Ciencias del Mar en Cádiz y a continuación se trasladó a Huelva para continuar con la carrera de Geología, facultad en la que se doctoró con una Tesis basada en el estudio de las Tierras Raras. Ella ironiza sobre la rareza de su Tesis pero, a decir de sus colegas, es un trabajo de referencia obligada con el que obtuvo un sobresaliente Cum Laude. Es persona menuda pero dura y resistente, infatigable y muy rigurosa en la metodología de trabajo. Sensible con toda la fauna que sube a bordo, pero a la que en el plato no le hace ascos. Así que un tiburoncillo le parece pocholo pero un cazón en adobo también le parece muy rico. Ella vive con su propia contradicción y todos disfrutamos de su forma de ser. Nieves no para un segundo. Es una máquina de trabajar. Siempre está mirando por la borda cuando sube un arte para ver lo que trae. Es siempre la primera en tocar el sedimento, como especialista en sedimentología que es. Establece el carácter de la muestra y lo que ella dice se anota, sin posibilidad de discusión, en el cuaderno digital de campaña. Junto a ella están siempre Tomás y Desi que cooperan en el procesado de la muestra. Fraccionan el paralepípedo de sedimento que se extrae de la caja de la box corer -el tocho, en lenguaje coloquial geológico-, y la preparan en submuestras de 0 a 5 cm, de 10 a 15 y luego, más de 15. Cada capa de sedimento se introduce en una bandeja que hay que tamizar y limpiar, y así poder analizar las rocas y la fauna. Por otro lado, cogen una fracción de sedimento y se lo llevan al laboratorio, para medir algunas características de la muestra (potencial redox, pH, etc.). Una parte muy importante, que tratan con especial cariño, es la cada capa de sustrato sin alterar, que guardan en un bote para su posterior análisis en el laboratorio. Esto me recuerda algunas veces a los laboratorios que se ven en las películas de CSI. Todos con sus trajes especiales, cascos, gafas, guantes de latex, etc, tratando sedimentos, una cosa que parece inerte y que sin embargo guarda una inmensa cantidad de vida en su interior. Nieves me insiste en que tenemos que ver estos sedimentos como un contenedor de sustancias y vida. Escondidos entre sus poros están habitando las bacterias que descomponen el metano y facilitan la precipitación de las rocas carbonatadas que forman las chimeneas y los enlosados. Por eso manipulan con tanta delicadeza y cariño estas muestras que extraen del fondo del mar. Cuanto más pestosa es, con más cariño la tratan. Increíble.
Nuevos muestreos con box corer y sacamos, a 687 metros de profundidad, mucha escoria de carbón y coral bambú, bioclastos, anémonas características de fondos blandos. Es evidente que estamos sobre una antigua ruta de tráfico marítimo. Algunos piensan que estas escorias, por la inmensa cantidad que hay, no pueden proceder únicamente del tráfico marítimo si no que son desechos industriales de los polos que se han construido en Algeciras, Cádiz, Sevilla y Huelva. En el pasado reciente no ha habido ninguna política de control de calidad del medio marino y se ha utilizado como un vertedero. De aquí el tremendo deterioro ambiental que ha causado esta actividad industrial. Ahora tenemos que buscarle remedio urgentemente y procurar salvar lo que haya podido sobrevivir a esta destrucción.
Nueva draga y más escorias. No es fácil alegrar las caras de los científicos después de ver el resultado de estos muestreos. Hay que considerar que estamos sobre uno de los habitats en riesgo contemplados en la Red Natura 2000. No es que estemos en cualquier lugar del océano. No. Estamos en un HOT SPOT, un punto de alto interés ambiental. Un hábitat 1180 (código establecido para los fondos relacionados con la expulsión de gases, que generan ecosistemas extremófilos de altísimo interés biológico). Pensemos que en estos lugares pueden encontrarse especies susceptibles de utilizarse como recursos biogenéticos, muy útiles en biomedicina para sustraer componentes con los que producir fármacos contra enfermedades como el cáncer.
En el laboratorio de científicos, entre paseo y paseo en el ir y venir de la cubierta a las neveras o a los ordenadores, hemos estado picando toda la tarde, primero chocolate y galletas, y después un queso semi curado muy rico que había traído Luismi. Es incomprensible, pero llegaremos con apetito a la cena. Lo que no se es como vamos a salir del barco cuando termine la campaña. Creo que nos van a desembarcar con grúa como si fuéramos una draga de arrastre. Cada día miro mis pantalones y me pregunto porqué no los habré comprado algo más holgados.
Con nuevos muestreos con beam trawl sacamos algunas especies muy interesantes pero ya conocidas. Alguna cigala que vuelve a hacer las delicias de alguno. Con tres box corer más completamos la tarde. Todos ellos muy interesantes y, lo que es aún más fatigoso, con una gran cantidad de horas con las manos metidas en el agua separando la fauna.
Continuamos con problemas irresolubles con el CTD y se mantienen algunas conversaciones con tierra, via satélite, para tratar de detectar la avería que impide el bombeo del agua en el interior del CTD. Ricardo Sánchez Leal desde tierra da instrucciones que sigue a pies juntillas Curro, que es un manitas, y Laura.
Por fin llegó la hora de la cena y eso que nos habíamos puestos bien de queso por la tarde. La clásica sopa atemperadora que nos tonifica el cuerpo y nos prepara para la degustación de unos suculentos macarrones gratinados con queso parmesano. Para terminar, que aún parece que queda algo de hueco en el estómago, con un rodillo de lomo relleno de jamón con patatas fritas. De postre una manzana.
Cuando todo el mundo termina de cenar, a las 9, no reunimos en el laboratorio y por fin le hacemos la encerrona al madrileño Juan Gil. Él había intentado evitar que nos molestásemos en prepararle algo, incluso había ido a cocina para pedir que no le hiciesen una tarta. También había conseguido que su cumpleaños pasase desapercibido antes de embarcarnos, por lo que nadie tiene regalos preparados. Los últimos días, todos ideaban qué regalarle. Preparamos embalajes y reunimos todos los regalos en bolsas, había mandarinas, ron, un libro, calcetines, una pulsera, un mechero, un llavero linterna, al final a Juan le hizo mucha ilusión las sorpresas, y dice que son mucho mejores este tipo de regalos más personales.
A las 9:30, con la cena, la tarta y un poco de ron en el estómago vamos a la biblioteca. Es el turno de Nieves en el ciclo de charlas a bordo y nos habla sobre sedimentos. El título de su conferencia es 5Y 4/3 -GLEY 1 4/10 GY ¿Qué nos dicen los sedimentos?, como ella dice, un título exótico. Está inspirado en el Munsell color chart, la tabla con una escala de colores que utilizamos para clasificar los fangos por colores. Nos habla del marco jurídico para la conservación del medio marino y su biodiversidad. Nos comenta las diferentes formas de tratamiento de los sedimentos en laboratorio y de las metodologías utilizadas para la separación y análisis de las muestras. Hubo una serie de preguntas al terminar la charla.
A las 11 y pico muchos científicos volvieron al laboratorio, no hay quien los saque de ahí. Es la última noche a bordo así que hay excusa para tomar algo y reír juntos un rato. Aunque realmente, nunca necesitaron una excusa. En general, hay muchas ganas de volver a tierra, sobre todo para comunicarnos con nuestros seres queridos y también un poco para volver a conectar con el mundo real: noticias, tierra, bares, tiendas.
(Publicado 7 Marzo 2011)