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Campaña Indemares-Alborán - Septiembre 2011 - Universidad de Málaga # Mensaje 6

Los fondos blandos son en general monótonos. De vez en cuando aparece un pez, como esta pintarroja. Foto: Universidad de Málaga.

Último día de filmación

Autor: Serge Gofas

Fecha: 12 de septiembre de 2011

Melilla, 5 de la mañana del lunes 12 de septiembre. El puerto está dormido, se oye un motor arrancar a lo lejos y nosotros arrancamos la cafetera, luego nuestros motores y nos vamos. Hay calma total, el viento de anoche se ha desvanecido. La costa entre Melilla y el cabo de Tres Forcas está llena de barcas que faenan con luces, vamos despacio por miedo a cruzarnos con una red de cerco. Hay todavía cuatro horas de camino para llegar a la zona de trabajo.

Hoy se decide empezar con el transecto que corta la punta NE de la plataforma, desde 200 m hasta la cumbre a 100 m y luego bajando por el otro lado. A las 10.00 h. el ROV está en el agua; la maniobra ya va bien con tres días de entrenamiento pero el fondo nos desilusiona mucho. Nada de corales ni jardines de esponjas, un fondo de arena gruesa con numerosas marcas de arrastre, aparentemente con escasa vida. Además, la deriva se pone NE cuando la querríamos NW, y el cable del ROV tiene un mal contacto que interfiere con la imagen. Finalmente a los 160 m, y tras casi dos horas de transecto, izamos el ROV y vamos al punto que se dejó ayer sin hacer.

Este último transecto no nos defrauda. El inicio está arriba de una pendiente bastante alta y constituye el borde de una plataforma muy llana y extensa, a unos 110 m de profundidad. Hay afloramientos dispersos de rocas y, como siempre, cada roca es un jardín de gorgonias y de esponjas. También aparecen algunos corales del género Dendrophyllia con porte majestuoso. Entre las rocas hay un cascajo menos espectacular, pero los antozoos erectos de los géneros Veretillum y Pennatula le dan credenciales de “campos de pennatuláceos”. En la última parte del recorrido sobre rocas aparecen colonias de considerable porte de antipatarios (coral negro) y cogemos una pequeña muestra con la pinza del ROV para estudiarla e identificarla a bordo. Pasada la zona rocosa, la profundidad es menor de 90 m y paulatinamente entramos en un campo de rodolitos realmente representativo.

Localizar el límite de los fondos de rodolitos era uno de nuestros objetivos (el otro era de ver los jardines de coral sobre las piedras). De acuerdo con nuestras filmaciones, los campos de rodolitos pueden llegar en diversos puntos hasta los 100 m de profundidad, debido a que la claridad de las aguas permite que llegue luz suficiente a las algas que los construyen. Ello debería tener consecuencias importantes en la gestión, ya que la pesca de arrastre está permitida en esta zona a partir de los 70 m. A las 14, 30 h emerge el ROV que nos ha permitido largas y profundas inmersiones en fondos inaccesibles al buceo convencional. Mientras es subido a bordo por la grúa del barco, no caemos en el detalle de un aplauso colectivo al ingenioso artilugio, principal protagonista del rotundo éxito de la campaña que se refleja en la cara de satisfacción de la eficiente tripulación y del equipo de científicos, impresionados por la valiosa información obtenida.

Juan tira para Málaga cuanto antes, ya que amenaza un levante de fuerza 5 o más para la tarde. Se puede comprobar una vez más la virtud de los buques oceanográficos, de correr un nudo o dos más cuando van rumbo al puerto base, aquí vamos a 9,2 nudos, lo que indica ”viento en popa”. Esperamos que así marche la segunda parte de la campaña, la de muestreo, que será recogida igualmente en estas crónicas.

(Publicado 20 Septiembre 2011)

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