Nuevos estudios de laboratorio

Los estudios llevados a cabo en los laboratorios del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona sobre crecimiento de corales profundos han demostrado que lo hacen a una velocidad mucho mayor de que la que se suponía e, incluso, comparables a las de algunas especies de corales tropicales. Los resultados de estos experimentos, gracias a la habilidad, paciencia y excelencia científica de Andrea Gori, un joven investigador de nuestro equipo, nos permiten ser optimistas de cara la recuperación de los bancos de coral del cañón. En este sentido, si se pudiesen proteger de las actividades antropogénicas que los pueden dañar como la pesca con palangre de profundidad, estas comunidades tan importantes para la recuperación de los stocks de especies de peces con interés comercial se podrán recobrar en décadas y no en siglos o más tiempo como se temía.

Con éstos experimentos y la evidencia científica, nuestro equipo ha desmontado el mito tan extendido –incluso entre las administraciones responsables de la conservación- de que es imposible recuperar los bancos de coral explotados a lo largo de milenios y que por tanto, a escala humana, eran inútiles los esfuerzos por proteger recuperar bancos expoliados en milenios. Hemos demostrado que sí tiene sentido proteger las zonas en las que queden colonias relictas.

Con esta misma filosofía y animados por los resultados sobre corales, en esta campaña hemos empezado una nueva serie de experimentos esta vez sobre una especie de gorgonia. Se trata de una especie del género Eunicella que se desarrolla con cierta densidad en algunas poblaciones en la zona media de la plataforma continental. Las poblaciones se encuentran agrupadas en pequeñas machas o grupos separados por zonas barridas por artes de pesca de todo tipo. Entre éstos núcleos de apenas 10 a 20 m de diámetro se encuentran pequeñas colonias, reclutas que parece que se encargarían de recuperar los prados de gorgonias. Para conocer cuál es su potencial de crecimiento y reproducción recogimos colonias que una vez aclimatadas en los acuarios serán estudiadas por uno de los nuevos investigadores del equipo, Carlos Domínguez.

Con el mismo objetivo que las colonias de Eunicella se recolectaron también algunos individuos del crinoideo Leptometra falangium. Esta especie, como la gorgonia, forma prados que son considerados como las zonas preferentes para el reclutamiento ciertas especies –hasta el punto de considerarse como un hábitat crítico para los recursos pesqueros del Mediterráneo- y constituyen puntos de alta diversidad y objeto de protección en algunas zonas del Mediterráneo.

Estos crinoideos que suelen quedar enganchados en las redes de arrastre son luego lanzados al mar bajo la suposición de que no mueren o se recuperan fácilmente. Nuestro equipo va a investigar si esta suposición es cierta. Para ello se han instalado en los acuarios del ICM ejemplares recogidos en la zona media de la plataforma con un patín de arrastre de fondo. Lo que podemos avanzar es que, al cabo de unas semanas, los diferentes individuos si bien se habían adaptado a las condiciones de acuario no manifestaron ningún síntoma de recuperación. Pero al cabo de dos meses algunos individuos mostraban un inicio de crecimiento en los brazos rotos por la acción de la recogida lo que puede volver a abrir una esperanza para la conservación de este hábitat esencial. Este experimento será responsabilidad también de uno de los nuevos jóvenes investigadores del equipo, Jordi Grinyó que lo desarrollará durante los próximos tres años.

En las imágenes se puede ver uno de los núcleos de Eunicella, el momento de su recogida mediante el submarino JAGO y las colonias instaladas en los acuarios del ICM.

(Posted October 5, 2010)