Un mar de trampas

Las adversas condiciones meteorológicas que sufrimos durante algunos días durante la campaña nos obligaron a centrar nuestras actividades de prospección en la zona de la plataforma paralela a la cara sur del Cap de Creus.

Una vez en la zona detectamos la presencia de un elevado número de boyas en superficie. De hecho se trata de un lugar en el que se desarrolla una amplia actividad pesquera, especialmente de pesca artesanal con trasmallo o palangres. A pesar del posible peligro para la navegación del submarino JAGO -ya que podría engancharse con el consiguiente peligro para los tripulantes- decidimos hacer una inmersión con dos objetivos. Conseguir el máximo de información posible,  ya que se trata de una de las zonas de las que tenemos menos información. Y en segundo lugar, tenemos mucho interés por estudiar esta zona, donde los pescadores calan las redes lo que se correspondería con la abundancia de especies de interés comercial.

El contar con la pericia de Jurgen Schauer, el piloto del submarino JAGO y con la habilidad de Covadonga Orejas -nuestra argonauta más experimentada que actualmente trabaja en el IEO de Santander y que habitualmente colabora en las campañas- nos aseguró un completo éxito en la exploración de la zona.

Durante la prospección observamos que la zona coincide con un área de barras de roca colonizadas por esponjas y gorgónias pero muy deterioradas por el efecto de las redes que tocan el fondo cuando están caladas. Estas comunidades se parecen las de las rocas que hemos observado a unos 120-130 metros de profundidad, pero ahora en el límite de la plataforma.

Durante la inmersión se sortearon las redes caladas pero se observaron otras abandonadas que estaban en alguno de sus tramos reposando sobre el fondo. Una imagen sorprendente y también lamentable, fue observar como las redes abandonadas actuaba como una trampa mortal para peces y crustáceos como se puede ver en las imágenes y en los videos que grabamos.

La presencia de estas redes, algunas de más de 100 metros de longitud causa un impacto importante en el ecosistema no sólo porque continúen realizando capturas que no son aprovechadas para la pesca, sino por que al irse arrastrando por los fondos a merced de las corrientes van dañando los fondos.

Todo lo que hemos observado y documentado nos planteamos si sería necesario y posible retirarlas ante la necesidad de la protección del área. De otro modo sería como si se decidiera proteger un bosque sin retirar del mismo las trampas, lo que sin duda no nos parecería aceptable. La posibilidad de llegar a un acuerdo para que sean los propios pescadores los que las retiren -dada su experiencia, el conocimiento de la zona y de donde están localizadas y abandonadas las redes- sería una opción que plantear en el plan de gestión de la futura área protegida.

(Posted October 6, 2010)