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Chimeneas de Cádiz Campaign - October 2011 - IEO # Message 2
Viernes 21 de Octubre de 2011
Las previsiones meteorológicas para el día de hoy no son demasiado buenas. La AEMET nos anuncia marejada a fuerte marejada. Con esta información salimos a la mar a las 9 de la mañana. Abandonamos la dársena de la Zona Franca con muy poca pena mientras vemos por estribor el intenso tráfico que transita por el puente José León de Carranza. El día ya ha despuntado y el sol comienza a elevarse sobre el horizonte. Tenemos un día soleado que no nos cuadra con las previsiones de la AEMET, ahora bien, ellos difícilmente se equivocan, así que tomaremos nuestras precauciones por si el barco se menea demasiado.
Atravesamos todo el canal de acceso al puerto y pasamos junto a la faraónica construcción de los pilares del nuevo puente que ha de unir el Puerto de Santa María y la ciudad de Cádiz. Una obra más que necesaria, a la vista de los colapsos de tráfico que se forman en el antiguo puente entre Puerto Real y Cortadura. Al pasar a la altura del puerto comercial observamos algunos veleros atracados, lo que nos hace sospechar que ha de haber alguna celebración que justifica la presencia de estos buques de época.
Ponemos rumbo al volcán de fango Albolote, con la idea de probar el VOR. Está a unas tres horas de navegación. No parece que la marejada vaya a más por el momento pero ya se ven algunas caritas que no auguran muy buen estado corporal. Durante la travesía realizamos un simulacro de abandono de buque. Con los movimientos de un lado a otro del barco y las carreras en busca del punto de evacuación, comenzamos a ver los primeros síntomas de mareo entre algunos de los miembros de la expedición que creen que la evacuación consiste en largar candela por la borda. Salvamos el compromiso con éxito y los más necesitados descubren, afortunadamente, lo que significa sotavento, gracias a lo cual realizan por esa banda las maniobras necesarias para quedar más ligeros de estómago y preparados para encarar la tarea.
A las 11:00 realizamos una prueba de estanqueidad a 500 metros de profundidad con el VOR, sin instalar la cámara de fotos ni la de video. El resultado no puede ser mejor. Todos los cilindros contenedores se comportan como cabía esperar y no hay ninguna filtración de agua. Los focos funcionan perfectamente. A las 11:29 realizamos el primer transepto del VOR en el volcán de fango Albolote. La elevada turbidez de las aguas ha impedido obtener fotografías y video de gran calidad, a pesar de que ambos sistemas han operado correctamente y la iluminación ha resultado suficiente. La turbidez tan intensa puede deberse a los fenómenos irregulares de corrientes de fondo que se reactivan en función de la menor o mayor intensidad con la que desplazan, procedentes del Estrecho de Gibraltar. Hay que tener en cuenta que estamos en una zona donde los depósitos son de tipo fangoso o fango arenoso, así que cualquier aceleración en las corrientes puede resuspender el sedimento y generar esa incómoda turbidez que impide que la luz del foco penetre hasta alcanzar la superficie del fondo.
A continuación nos dirigimos al volcán de fango Gazul, uno de los más atractivos faunísticamente de todos cuantos hemos estudiado en la zona del caladero del Laberinto. A las 13:46 nos encontramos en la vertical del punto. Las facilidades que ofrece el sistema de posicionamiento dinámico del buque nos permite permanecer en el sitio el tiempo que sea necesario sin producir ningún desplazamiento sobre el fondo. Así que de esa manera podemos filmar la actividad en un punto concreto. Realizamos otro transepto con el VOR, recuperando algunas tomas de video muy singulares, aunque turbias. Cambiamos la longitud del pulso del localizador acústico (pinguer) para que pudiéramos observar la posición del VOR sobre el fondo con mayor precisión. Este dispositivo emite un pulso sonoro que interfiere en la sonda batimétrica e introduce una señal en el registro que permite localizar el VOR en la pantalla del ecosonda.
Una vez experimentada la operación con el VOR y tras anotar los reajustes que hemos de hacer para la siguiente inmersión, nos disponemos a comenzar las líneas con sonda multihaz y paramétrica (TOPAS). A las 15:07 h, realizamos el perfil de velocidad en la zona norte del sector central, a 506 m de profundidad para así poder ajustar el rango de propagación sónica en los sistemas de prospección. Hemos ajustado la entrada de la sonda monohaz EA500 en el software Hypack de navegación, con el que también controlamos las inmersiones del VOR pero tenemos algunos problemas con la introducción de la señal de GPS-D en el ordenador. Tenemos registro de posición pero no con el diferencial, lo cual nos puede causar algún problema menor con la ubicación de los datos. Los técnicos del barco y los especialistas del Instituto Hidrográfico de la Marina trabajan codo con codo para resolver el problema a la mayor brevedad posible.
Por la tarde parece que el tiempo empeora y llegamos a tener vientos de 30 nudos, que por la noche alcanzan los 35 nudos, con los que los zarandeos del barco son considerables y el personal a bordo no puede descansar demasiado bien. Un inicio de campaña un poco movido. Si esto nos coge en el segundo o tercer día de mar, pues ya nos pilla con el cuerpo un poco más hecho, pero en las actuales circunstancias la naturaleza humana aún no se ha aclimatado a sobrevivir sobre una superficie en continuo movimiento. Ya os podéis imaginar que, a la mañana siguiente, las caras hablaban por si solas de la noche que había pasado el humano que la portaba. Afortunadamente, los registros de TOPAs son bastante buenos, con penetraciones en los depósitos sedimentarios que alcanzan hasta los 50 metros. Estamos encontrando unas morfologías muy interesantes, como huellas de escurrimiento de sedimentos, canalizaciones y surcos a lo largo del talud continental. Estas huellas de erosión excavan los depósitos y pueden facilitar la expulsión de los gases que se encuentran encerrados muy cerca de la superficie. Podemos reconocer la estructura de los diapiros, ya viejos conocidos nuestros, con característicos abombamientos del substrato y con abundantes fisuras en las unidades que recubren la estructura.
No quiero dejar de mencionar la categoría de los manjares que suministra la cocina. Desde luego no pasamos hambre. La comida es abundante y de buena hechura. En el almuerzo nos han atizado de primer plato un atún encebollado al que hicimos reverencias. Acompañaba al gran nadador oceánico, un filete de ternera lechal gallega empanado que tenía la textura de la mantequilla. No faltaba la ensalada de pasta con hortalizas de la huerta ecológica de la abuela de alguien, para luchar contra el escorbuto. Para reforzar esta lucha contra el déficit vitamínico, podías tomar una pieza de fruta fresca, muy fresca, embarcada el día anterior.
Sin pretender resultar plomizo, y de manera más breve, observad lo que nos calló de cena: sopa de fideos, carne guisada con patatas gallegas, una pieza de pizza y, de postre, queso de tetilla gallego -nada de asturiano ¡eh!, de vaca gallega de pura cepa-, acompañado de un cremoso dulce de membrillo. ¿Qué más se puede pedir? .. ¿pan? ..¡pues allá va más pan!
Ya sabéis que en el barco existe una balanza junto al comedor. Uno está obligado a pesarse la fecha del embarque y volver a pesarse el día que desembarque, de esa manera uno puede controlar el peso y no tener que pagar exceso de peso cuando pase de nuevo por la Aduana. En algunos casos ha habido tal incremento de peso en el personal científico que el Capitán se vio en la obligación de desembarcarlo como CARGA .. ¡con grúa y todo! Qué barbaridad.
(Posted November 2, 2011)