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Chimeneas de Cádiz Campaign - October 2011 - IEO # Message 5

Operación de arriado del sensor de velocidad de sonido al anochecer © IEO

Lunes 24 de octubre de 2011

Hay días en los que es mejor que no te pille en alta mar. Hoy es uno de ellos. Trabajábamos con relativa tranquilidad realizando las líneas de multihaz y topas, que corren subparalelamente a las isobatas, o sea, navegando paralelamente a la costa recorriendo líneas de ida y vuelta. Como todo el mundo sabe, la costa de Cádiz tiene una dirección, más o menos, noroeste a sureste, esto quiere decir que nuestros barridos acústicos seguían la misma dirección. En esa navegación lo peor que te puede suceder es que sople viento del sudoeste o del noreste, aunque este último es más cómodo pues viene de tierra y suele soplar de día y con menos virulencia.

Pues eh aquí que a las dos de la madrugada, aproximadamente, comenzó a levantarse viento del sudoeste con una fuerza insospechada. La mar se embraveció y comenzó a encresparse y a sacudir al barco con un balanceo que impedía prácticamente la vida a bordo, y menos aún realizar los barridos de multihaz. A eso de las tres de la madrugada la sonda reaccionaba con algunos altibajos, los cuerpos humanos se rendían ante la imposibilidad de sobrevivir delante de los ordenadores, pero, a pesar de todo, conseguimos seguir trabajando hasta las 09:20. A partir de esa hora todo se tornó inútil, por lo que el Jefe de Campaña en coordinación con el Capitán decidió pasar al plan B, consistente en recorrer los perfiles de topas a menor velocidad que transcurren perpendicularmente a la costa. De esta manera navegamos paralelamente al viento el resto del día y únicamente nos agitó la mar cuando la pillábamos de través, en los cambios de rumbo y de perfil. Gracias a ello, los que estaban acostados pudieron dormir un poco mejor y únicamente se caían de la cama en los cambios de rumbo, a razón de una vez a la hora. No hubo muchas magulladuras pero sí algunos golpes sobre el suelo. Algunos utilizaron las chichoneras para estar en la cama y hubo quien durmió con el chaleco salvavidas por culpa de haber visto tantas veces a Leonardo di Caprio en Titanic.

La cruda realidad es que a las 08:00 se alcanzó un pico de fuerza de 65 nudos que se sostuvo durante un tiempo prolongado, soplando rachas muy seguidas. Una cosa impresionante de verdad. El color de la mar se tornó de un gris verdoso que imponía respeto. Las olas se encrespaban y levantaban nubes de gruesas gotas de agua que planeaban sobre la superpie del mar. Resultaba prácticamente imposible estar en cubierta, solamente acurrucado en alguna esquina a sotavento podías observar el espectáculo. El cielo nublado y el ruido del viento soplando con aquella virulencia te hacia sentir como una pulga en medio del océano. El barco subiendo y bajando al vaivén de las olas, sometido al bamboleo de un lado a otro. Todos agarrándonos a donde podíamos. “¿Pero cuanto va a durar esto?”, nos preguntábamos con incertidumbre. Las previsiones no apuntaban tal fuerza, por lo que pensamos que sería cosa pasajera. Nos pusimos a la capa hasta que amainó y pudimos seguir trabajando. Os daré solamente un dato que os hará comprender la virulencia de la fuerte marejada que nos sacudió. El valor medio de la velocidad del viento durante el temporal fue de 35 nudos.

A pesar del temporal pudimos tomar datos buenos hasta las 09:20 horas. Desde entonces nos pusimos a la capa hasta las 13:00, hora en la que volvimos a probar si la recepción era buena, ya que el viento parecía amainar y la mar se tranquilizaba algo, pero los resultados fueron negativos. A las 14:20 probamos de nuevo con la misma suerte que en ocasión anterior. Una hora después iniciamos los perfiles de topas que pudimos realizar con calidad muy aceptable. El temporal de mar gruesa se cobró más de una baja por indisposición entre el personal científico. Lo cierto es que a la hora del almuerzo comparecían los de naturaleza más sólida y los más resistentes a estos azotes de la Naturaleza. La pena fue que la excelente comida no la pudo disfrutar casi nadie. Pero no es menos cierto que los que almorzamos nos pusimos morados. Ved si no: lentejas calentitas que entraban solas, filete de pollo con pimiento rojo frito con su aceitito para mojar un poquito de pan, ensaladilla con ensalada refrescante, rapantes fritos, macarrones con tomate, flan o fruta a elegir.

A lo largo de la tarde la situación se fue normalizando y los cuerpos cadavéricos de la expedición científica que habían caído derrotados ante el temporal fueron saliendo de sus camarotes hacia el exterior, al igual que hacían los zoombies saliendo de sus tumbas en el video de Michael Jackson en el que cantaba Thriller, buscando alguna pieza de fruta con la que rellenar sus vacíos estómagos. A medida que caía la tarde y llegaba la noche, la cosa fue funcionando con más normalidad. Las bajas las cubrimos con los que estábamos más enteros, aunque ello supusiera estar más horas delante del ordenador, pero esto tenía la contra partida de que nos daba mucho más apetito, asi que no sabíamos lo que podría suceder cuando sonara la campanilla de la cena.

¡Por fin sonó!.... tilín, tilín, tilín,…, los jugos gástricos manaban como fuentes interiores al tiempo que los científicos y tripulantes corrían escaleras abajo para acomodarse rápidamente a la mesa. Recompusimos los cuerpos maltrechos con grandes dosis de sopa, patatas fritas, bacón, huevos, lomo adobado y jamon York a la plancha, algo de queso de tetilla y dulce de membrillo. Alternativa, fruta.

Antes de finalizar el relato de hoy quiero dedicar una especial mención con el reconocimiento de todos los componentes de esta expedición científica por la labor que esta realizando el informático de a bordo, Teodomiro Cardalda Lemiña, a quien todos llamamos familiarmente Teo. Batalla el muchacho con todo lo que se le ponga por delante. Resuelve lo más complicado y si no lo logra rápidamente permanece en su puesto renunciando al sueño o a la comida hasta que da con la tecla. Los requerimientos del IHM para cumplir con la norma hidrográfica le han dado mucho trabajo pero ha ganado la batalla y esto nos llena de satisfacción a todos. Verdaderamente la tripulación es excelente y el rendimiento extraordinario.

¡Hasta mañana!

(Posted November 2, 2011)

El Jefe de Campaña, Luis Miguel Fernández Salas, junto con la Teniente de Navío Carmen Marina Goicoechea Margalef y el Sargento Francisco Javier Monroy López, del Instituto Hidrográfico de la Marina, departiendo en cubierta mientras se realiza un barrido
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