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Chimeneas de Cádiz Campaign - June 2010 - IEO # Message 5

La amura de estribor en plena navegación corriendo una línea. Al fondo, el espeso banco de bruma que cubrió la superficie de la mar al inicio de la tarde ©IEO

Sábado, 5 de junio de 2010

Hoy no podemos desayunar en el hotel, pues los fines de semana abren el comedor a las 08:00, hora a la que salimos a la mar. Así que hemos de resolverlo a bordo. Esto es lo malo de tener que trabajar en fin de semana, cuando se supone que los funcionarios y empleados públicos están descansando. Por lo menos, seguimos con buen tiempo y nos vamos con nuestro optimismo compulsivo al barco. El mismo optimismo con el que, cada día, nos reciben las gaviotas al llegar al muelle. Todas contentas, todas excitadas,...... ¡zas, zas, zas,.....! ¡ratatatatá....! La Jefa de Campaña, en el ejercicio de sus responsabilidades, pregunta al llegar a la trinchera de a bordo: "¿hay bajas?".

A las 08:00 horas, ya estamos soltando amarras. El Primer Oficial, Manuel Ángel Piñeiro Barros, se juega el pulcro polito blanco, que ha estrenado hoy, en el momento de soltar amarras. Libera el noray de proa y el de popa y luego sale corriendo, y de un salto se encarama a la cubierta principal para, a continuación, protegerse en el interior del puente. Se libró de una buena, pues había una gaviota que le miraba malamente.

La AEMET nos augura buen tiempo, aunque variable por la tarde. Su pronóstico es el siguiente: variable fuerza 2 a 3, con predominio del sur, fijándose de oeste y suroeste fuerza 3 a 4 por la tarde. Marejadilla. Nosotros observamos como amanece y nos preguntamos como pueden aventurar un incremento de la fuerza del viento con la calma chicha y la calima que tenemos alrededor. Pero tengo que decir, en honor a la verdad, que los tíos no fallan. Su pronóstico se cumplió con precisión milimétrica.

Navegamos a toda máquina hasta alcanzar la zona de trabajo. Preparamos el perfilador de velocidad de sonido y tomamos los datos de nuestra estación meteorológica a bordo del B/O Emma Bardán. Nos dice lo siguiente: dirección del viento 112,5º, velocidad del viento 3.2 m/s, ráfagas de 3.7 m/s, presión atmosférica 22.3, humedad relativa 88.3%, temperatura del aire 20.4º C, radiación solar 622.2 W/m2.

El perfilador de velocidad nos provee de los datos térmicos del agua en superficie y profundidad. La lectura de la estación meteorológica y el perfil lo realizamos en el punto de coordenadas: 36º 37.47´N/6º 43.87´W a una profundidad de 90.3 metros. La temperatura en superficie es de 20.7º C y en profundidad es de 15º C. Iniciamos la carrera por la línea con ecosonda multihaz y sísmica de muy alta resolución (topas). Estamos en la zona que hemos denominado el DIAPIRO DE CHIPIONA, que queda muy folclórico y muy cerca de la localidad gaditana de Chipiona, cuna de Rocío Jurado, una de las tonadilleras más famosas de esta provincia.

A una cierta altura nos acompaña el enemigo, siempre ojo avizor, esperando a que salgamos alguno de nosotros a cubierta para arriarnos en banda toda su carga corrosiva. La verdad es que son hermosas de contemplar, pero es mejor no tenerlas en la vertical. Mucho más bonito es observar el juego que se traen los delfines a nuestro alrededor. La verdad es que tenemos que hacer esfuerzos para no abandonar nuestro puesto en el ordenador y salir a cubierta para llenar nuestras tarjetas de memoria de las cámaras fotográficas tomando imágenes sin parar. Hoy hemos podido avistar tres grupos de delfines en tres lugares diferentes: (1) A las 10:10 horas, 36º 36´18.8´´N/6º 39´12.6´´ W; (2) A las 12:30 horas, 36º 35´14.7´´N/6º 42´24.0´´W; (3) 36º 38´03.9´´N/6º 42´42.2´´W.

La verdad es que es un entretenimiento extraordinario la contemplación de delfines en la mar, nadando en libertad. No es eso de verlos encerrados en una piscina haciendo mamarrachadas que hacen las delicias de niños y mayores. El jugueteo que se traen con el barco es verdaderamente singular. Verlos alejarse para posteriormente lanzarse hacia la proa del barco a toda velocidad para que cuando están a unos milímetros quebrar el rumbo y desplazarse a un lado o sumergirse bajo el buque, es un espectáculo por el que habría que pagar. Madres y crías navegando en paralelo, sin separase un solo milímetro. Es, sencillamente, impresionante. La Naturaleza les ha dotado de unas capacidades que ya las quisiéramos para nosotros los humanos.

Volvemos al laboratorio de geoacústica y retomamos la observación de las señales que nos envían los sistemas de prospección, que para eso estamos a bordo. Nuestra atención se centra, preferentemente, en la topas, esperando el momento en el que el Diapiro de Chipiona se manifieste. En caso de que lo haga, esperamos encontrar algunos reflectores sísmicos (esas líneas subhorizontales o irregulares que aparecen en la pantalla) curvados hacia la superficie, efecto que nosotros llamamos "abombamiento", y que delataría la existencia de una tectónica diapírica y, posiblemente, la irrupción en superficie del cuerpo geológico que compone el propio diapiro. ¿Por qué buscamos esta estructura? Pues porque la experiencia nos dice que, en el Golfo de Cádiz, cada vez que aflora un diapiro suele venir acompañado de fenómenos de expulsión de gas metano y, en consecuencia, el desarrollo de un hábitat 1180.

Podemos decir que, al final del día, no han sido muy profusas estas manifestaciones estructurales que esperábamos encontrar. Es bien cierto que existen rasgos importantes que se relacionan con la presencia del diapiro, pero que no alcanzan la superficie en la forma que nosotros confiábamos.

Regresamos a puerto después de haber completado 75.19 millas, a una velocidad media de 10 nudos, aumentando a 11 o 12 nudos en los tránsitos. Era tarde cuando alcanzamos la bahía de Cádiz. La mar, con su insaciable apetito diario, ya se había tragado la moneda de oro caletera. Pero todavía alumbraban las luces del crepúsculo con la suficiente luminosidad como para que todos pudiéramos observar como, por estribor, dejábamos el puerto comercial con su entrada más marinera: la Puerta del Mar. Sus dos columnas de mármol y el enrejado de fierro con forjado andaluz, sirviendo de pórtico a la hermosa Plaza de San Juan de Dios, siempre tan cálida y acogedora. Entonces recordé el pasodoble carnavalesco:

"Dos puertas tiene mi Cái
pa tó aquél que quiera entrar:
por tierra, las Puertas de Tierra
y que por el agüita, la Puerta del Mar".

Esa puerta que la Autoridad Portuaria de Cádiz (APC) nos ha negado y que nos obliga a navegar media hora más cada día, hasta alcanzar la esquina de la Zona Franca que tenemos por amarradero. Probablemente seremos los únicos marineros que entramos en Cádiz todos los días por las Puertas de Tierra. No sé quién será la APC, ni quiero saberlo, pero tengo para mí que si el "desaborío" es de Cái,... ¡seguro que es beduino!... ¡ohú!.

(Posted June 10, 2010)

Avistamiento de un grupo de delfines. El día ha sido prolijo en avistamientos. Hasta tres ocasiones hubo de verlos ©IEO
El Licenciado en Ciencias del Mar, Gerardo Bruque, controla la adquisición de datos procedente de la sísmica de muy alta resolución ©IEO
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