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Chimeneas de Cádiz Campaign - June 2010 - IEO # Message 2

Científicos del Grupo de Investigación GEMAR (www.ma.ieo.es/gemar/) a bordo del B/O Emma Bardán antes de iniciar la jornada del día 2 de junio. De izquierda a derecha: Dra. Nieves López González, Jefa de Campaña; Dr. Luis Miguel Fernández Salas; Licenciad

Miércoles, 2 de junio de 2010

A la Jefa de Campaña, indudablemente, le gustan los maitines. Nos cita, como ya va siendo costumbre en ella, en el comedor del hotel a las 07:00 h de la mañana. La instrucción para hoy es “estar listos a las 07:40 h para embarcar en la furgoneta y llegar antes de las 08:00 h al barco con el fin de estar soltando amarras a las ocho en punto”. El ambiente es bueno y las ganas de trabajar no faltan.

Nos vamos al barco con la emoción de saber que estamos avanzando en un estudio por el que hemos batallado con todas nuestras fuerzas durante largo tiempo. Trabajamos desde hace varios años en el estudio  geológico del Golfo de Cádiz. Hemos investigado en muy diversas especialidades de la Geología, pero nunca nos habíamos adentrado en el universo de los hábitats submarinos. Un campo novedoso que está siendo impulsado por muy diversas organizaciones nacionales e internacionales. Se impone la necesidad de conocer de una manera integral, y sobre bases científicas, el ecosistema marino, con el fin de poder gestionar, adecuada y sosteniblemente, todos sus recursos naturales.

Con puntualidad británica, llegamos al barco a las ocho menos cuatro minutos. Saludos matinales y largamos amarras. La Dra. Nieves López comenta al Capitán las coordenadas del punto de inicio de la zona de trabajo. Estamos atracados en una pestosa esquina de la Zona Franca, junto a una gabarra, donde nadie más que las hordas voladoras de diarreicas gaviotas nos vienen a visitar. La subida a bordo la hacemos a la carrera, no vaya a ser que les de a los láridos por llenarnos la vestimenta de lunares blancos. Norays liberados de amarras, y el Emma Bardán se hace a la mar. Las previsiones meteorológicas son buenas: oeste fuerza 3, arreciando a 4 por la tarde, marejadilla. "Pues, tira millas, Capitán", se escucha decir en el puente a la Jefa de Campaña.

A las 10:20 h estamos sobre la primera línea. La mar esta como un plato. Es impresionante. Nunca había visto tanta calma y tan persistente en las ocasiones anteriores en las que me he embarcado para trabajar en las inmediaciones de la bahía. El perfil de velocidad ya nos va dando la pauta de lo que nos puede pasar a lo largo del día. Estamos registrando la temperatura del agua en una columna de 52.9 metros de profundidad. En superficie tenemos 21.2ºC y sobre el fondo marino 15.6ºC. El sol que hace hoy es de justicia, así que es previsible que tengamos oscilaciones  térmicas como las que registramos ayer.

Comenzamos la navegación y todo nos parece conocido. El runruneo de la máquina, el bamboleo del buque empujado por el suave oleaje matinal comienza a hacer sus efectos en el estómago. "Ohú que apetito tengo", espeta alguno de los científicos. "Voy a ver que nos ha preparado Milucho, el maestro cocinero, para el bocadillo de hoy", comenta el mismo investigador al tiempo que desaparece pasillo abajo tras la puerta por la que se accede al comedor y a la cocina. Al poco rato se abre de nuevo la  puerta del laboratorio y aparece un inmenso bocadillo de tortilla de patata, de proporciones inusitadas, pegado a unas manos que lo sujetan con fuerza como si estuviera vivo y se fuera a escapar. En un extremo del bocata  se aprecia la huella de una dentellada que se me antoja de tiburón, uno de los más voraces depredadores marinos  que compite en voracidad con los investigadores."¡Peázo bocata que mápañao!", dice en su lengua vernácula el sabio cuaternarista gaditano. La reacción que se produce es instantánea. El granaíno, fruto del pánico, abandona como un poseso el laboratorio seco y desaparece, escaleras abajo, por la misma puerta que su compatriota. Más grande es el bocata que acoge en su seno cuando el "gran visir" reaparece por la puerta. Así van desfilando, uno tras otro, en busca de ese sabroso bocadillo hecho con pan gallego y horneado con el amor de un buen cocinero, que hace las delicias de todos los científicos y tripulantes del buque.

Los perfiles de sísmica de muy alta resolución son, sinceramente, espectaculares. Las secuencias sísmicas que nos proporciona la TOPAS, en manos de Antonio Torres Pascual, son de auténtico manual. Señal de recepción perfecta. Nos creíamos que ya lo habíamos visto todo en materia de gases en sedimentos, sin embargo, nos faltaba por ver la conjunción de acumulaciones de gas en depósitos sedimentarios y en la roca ostionera, tan abundante en estas costas y bajo el mar. La información científica es de alcance. La interpretación de estos datos nos va a permitir delimitar la muy diversa tipología de estas acumulaciones gaseosas en los depósitos sedimentarios. Tomamos referencias de todas las coordenadas que pueden ir orientándonos hacia las primeras conclusiones y vamos trasladando a un GIS los datos que vamos procesando para poder disponer de una visión espacial de los datos registrados.

Cada línea nos sorprende con mayores acumulaciones de gas. En pocos casos observamos escapes  hacia la superficie, pero es que en otros casos el gas se encuentra en la misma superficie del fondo. ¿Cómo será el hábitat en estos lugares?, ¿cómo poder relacionar substratos y ecosistemas?, ¿qué relaciones les unen?, ¿cuál será la biodiversidad en estos puntos?, ¿encontraremos alguna especie metanotrófica en el interior de los sedimentos que cuya presencia no se haya detectado hasta la actualidad?, ¿cuáles son las relaciones interespecíficas entre las diversas especies?.....¡hay tantas preguntas que hacerse que nos damos cuenta que, a mayor complejidad del subsuelo son mayores las ganas que tenemos de comprenderlo! Todos nos alegramos  al contemplar esos registros tan interesantes. Confiamos que los bentólogos que han de embarcar en la segunda fase, encuentren material suficiente como para poder avanzar en la mejor comprensión del funcionamiento de los ecosistemas marinos en estas zonas tan singulares.

Mientras unos atienden los sistemas de adquisición de datos, otros nos sumergimos en la discusión para la elección de los mejores puntos para realizar el muestreo biológico, sedimentológico y geoquímico. Hay gustos para todos y oportunidades para cada uno. Cada cual pretende argumentar las excelencias de los puntos que más le interesan, encontrándose con que otros argumentan las mismas excelencias para otros lugares tan interesantes como los anteriormente apuntados. Es así la interdisciplinaridad. Si por nosotros fuera, estaríamos todos los días prospectando el fondo, y aún cuando hubiéramos acabado, todavía seguiríamos pidiendo otra oportunidad para muestrear aquel punto que se nos quedó sin toquetear.

El mediodía llega inexorablemente, y con él las ganas de comer. El almuerzo no se perdona, pero es que el olorcillo que nos envía el maestro cocinero "Milucho" a través de la escalera, nos va abriendo el apetito nada más terminar el bocadillo de tortilla. El primer turno, se sumerge escaleras abajo y regresa al poco tiempo como si de un banquete nupcial se hubiera tratado. De primer plato un poco de ensaladilla rusa, en su versión española, pues es bien conocido que existen algunas variantes entre las que destacaría la ucraniana. De segundo plato tenemos un arroz con choco que está de antología, acompañamiento de los pimientos del piquillo. Para terminar, tenemos un pollo al chilindrón para chuparse los dedos.

Rápidamente a cubierta, a estirar un par de minutos las piernas antes de empezar la digestión delante del ordenador. Hoy no hay avistamientos, pero la verdad, es que el calor es tal que ha generado una evaporación tan elevada que nos ha invadido una bruma tan espesa que a penas se ve algo por la proa del barco, así que ahora los delfines y tortugas nos pasarán desapercibidos. "Malos tiempos para los avistamientos", nos cantaría Germán Copini.

El regreso está previsto para las 19:30 y podemos decir con satisfacción que hemos completado 85.5 millas de navegación, sobre líneas que han quedado grabadas con datos científicos de mucho relieve, y hemos estado navegando a una velocidad de 10 nudos, con lo que el rendimiento ha sido extraordinario. Reconozco que el buque trabaja bien y que su Capitán y la tripulación se entregan a la tarea y no nos dan más que facilidades para culminar nuestro trabajo con el éxito que todos deseamos.

Una vez en tierra comprobamos esa hermosísima puesta de sol, por el lado de la playa, que Antonio Burgos describió como "la moneda de oro entrando en la alcancía de la Caleta". Hay tantas cosas que ver en Cádiz y tanto que disfrutar que si no viene por estos lares habrá algo que usted se va a perder en la vida.

(Posted June 10, 2010)

Sensor del perfil de velocidad armado para ser arriado por la banda de estribor ©IEO
Terminando la jornada, navegamos a toda máquina rumbo a puerto. Todavía podemos contemplar el hermoso paisaje marinero que nos regala la luminosa mar gaditana ©IEO
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