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Campaña Chimeneas de Cádiz - Junio 2010 - IEO # Mensaje 14

La salida del puerto permite ojear la otra orilla de la bahía. Rasgos de la industrialización de la zona que parece desmoronarse ©IEO

Lunes 14 de Junio de 2010

La orilla industrial de de Cádiz que, en otro tiempo, tuvo una actividad febril, queda recortada por la luz del sol y enturbiada por la bruma matinal, mientras que navegamos rumbo a la plataforma continental para realizar la tarea que hoy tenemos encomendada. Las previsiones no pueden ser mejores, sin embargo, navegamos con la pena de no tener los sistemas de prospección totalmente operativos, lo cual va a mermar considerablemente el volumen de datos que esperábamos obtener en esta campaña INDEMARES/CHICA 0610.

¡Qué alegría más grande le dio a Desirée Palomino Cantero regresar al comedor del Hotel TRYP para tomar su desayuno en condiciones! ¡Ay que contentita se puso mi Desi! "¡Por fin!... ¡mi manzanita fresquita y dulcecita por la mañanita!", exclamó con rotundidad sin elevar un ápice la voz. Cogió su platito de postre, puso su docena de manzanitas matutinas, y se encaminó a la esquina de la mesa donde desayunamos todos los desplazados en esta campaña. Se sentó con tranquilidad y parsimonia, no dijo nada, o al menos eso es lo que todos creemos, pues es tan bajo y sutil el semitono que Desi utiliza para hablar que, en ocasiones, no le hacemos caso porque no sabemos si ha pronunciado palabra alguna. Con la mirada traspasando los cristales de sus gafas, comenzó a pelar las manzanas, una detrás de la otra, con la sutileza y meticulosidad de una cirujana plástica. Viendo que yo la observaba, me dijo susurrando: “Es muy sana la fruta por la mañana”. Yo le creo, eh, pero prefiero un par de huevos con beicon, salchichas, champiñones, varios litros de zumo de naranja, un par de pitufos con tomate, aceite y jamón serrano, unas laminitas de jamón york y queso, un par de cafés y algunos croissants con mermelada de fresa, que también es todo muy sano. "Vamos, igual que Luismi", le digo yo. No me hace caso, me mira con displicencia, y se ceba en sus manzanas.

La situación meteorológica es buena, pues estamos bajo la influencia del anticiclón que se va reforzando y desplazando hacia el nordeste, extendiéndose hacia Madeira. Todos nos transformamos en expertos meteorólogos y opinamos sobre los mapas de isobaras. Es divertido. Solamente lo hacemos cuando estamos a bordo. La predicción nos dice que el viento será de fuerza variable, 4 y que por la tarde tendremos marejadilla. "Bueno, como todos los días", concluye Nieves López. Y es verdad. no se equivoca, ni con el jamón ni con el tiempo. La dirección del viento sí que ha cambiado, pues hoy lo tenemos de 81.6º y la humedad relativa es de 81.6% con temperatura ambiente de 19.2º C. Hoy no sudaremos mucho. 

Tenemos una media hora de navegación hasta que lleguemos al punto. Me acomodo en el puente de gobierno y escucho la polémica que se concita hoy en relación con la forma de proteger la cubierta de popa. Hay opiniones para todo. La verdad es que cuando uno sube a bordo le sorprende el remate de la cubierta de popa. Un entarimado precioso, robustamente calafateado y horrorosamente pintado de verde. ¿Que hacer? ¿Rascar y volver a pintar? ¿Rascar e imprimar con aceite protector? ¿Otras soluciones? Hay opiniones para todos los gustos, pero la defensa de cada una de ellas se realiza con pasión, como si en ello les fuera la vida. Se escuchan, pero cada uno ve en la cubierta de popa una parte de su casa. Como debe ser. No pueden ocultar que son hombres de la mar. Su barco, su casa. Les dejo inmersos en la discusión y regreso al laboratorio de geofísica recordando las sesiones de pedramol con brush que nos pegábamos en la dorna que tenía un tío mío en Ferrol. Aquel entarimado de cubierta, estilo inglés, no había visto la pintura en su vida. Solo conocía el pedramol y los pies descalzos de todos los sobrinos.  Relucía como los chorros del oro.

Cuando llegamos a la zona de trabajo, tomamos un perfil de velocidad a una profundidad de , en el punto de coordenadas: 36º 34.61´N/6º 37.11´W. Resultado: temperatura en la superficie 19.3º C, temperatura en el fondo 14.9º C. Como veis, la temperatura del agua ha bajado casi un grado. Nos ponemos sobre el perfil y empezamos a mirar las pantallas. Desirée Palomino, tras la ingesta de manzanitas, toma con energía e interés su programa de navegación Hypack, dispuesta a conducirnos por esos mares de Dios con la precisión y profesionalidad que le son propias. Observamos que el campo de gas más somero queda cerrado hacia el oeste. Hemos visto depósitos marcadamente transgresivos y numerosos canales erosivos colmatados de sedimentos. Fracturas recientes afectando a la serie superior, al igual que a los niveles basales. Desde luego, no podemos decir que estemos en una plataforma desarrollada sobre un margen pasivo. Esto está que se mueve cada día un poquito. De aquí que resulte sencillo de comprender el fenómeno de las expulsiones de gas. Ya hemos comentado que se deben, en parte, a la tectónica diapírica, pero también a la transformación que sufre la materia orgánica expulsada por los ríos y que se ha acumulado en el interior de los sedimentos.

Si os fijáis en el esquema que os pongo a la izquierda, veréis un entrante (a la derecha del dibujo) en la línea de costa que es la desembocadura del río Guadalquivir. Pues bien, podréis comprobar que las líneas de distintos colorines que hay frente a la costa, y que representan las navegaciones de prospección que hemos realizado hasta el día de hoy, se encuentran situadas sobre los depósitos fluviales que el río ha venido vertiendo al mar desde hace miles de años. Los restos orgánicos que se van decantando sobre el fondo, son cubiertos por sedimentos posteriores y así sucesivamente. Entonces esa materia orgánica se descompone en un ambiente en el que no hay oxígeno, y se empieza a generar el gas que quedará, definitivamente, atrapado en el interior del depósito. Únicamente, migraciones laterales del gas, la diferente porosidad de los sedimentos, o bien la fracturación de las capas sedimentarias, posibilitarán el escape hacia la superficie y la posible creación de un hábitat 1180, que es lo que estamos buscando.

El día va transcurriendo sin sobresaltos. Parece que ya nos hemos acostumbrado a la espectacularidad de los registros. A uno bueno le sucede otro mejor. Es un escándalo. A la una de la tarde, los olores que ascienden por esa chimenea en forma de escalera que comunica directamente los laboratorios de geofísica y gastronómico, no se pueden aguantar. Los ruidos estomacales son estrepitosos... gliup...glup... riau...prrr...pluf..., y las caras ya no pueden disimular la propagación de los pulsos acústicos. "¡Huy mi estómago!", dice la manzanera,...” ¡Ohú mi barriga!", digo yo en tono más desenfadado. A ver si Milucho nos llama rápidamente que esto ya no se puede aguantar. Nos acomodamos los del primer turno y nos atiza unas lentejas que no las podemos dejar pasar. Pero es que a continuación tenemos una auténtica epifanía tangible: arroz con vieiras y berberechos. Aquella visión era deslumbrante y cegadora. Ese Pecten jacobeus acompañado de Cardium edulis en un auténtico alboroto de bivalvos desconchados y limpitos, en medio de aquellas dunas de la apetitosa gramínea, se había convertido en una orgía culinaria desenfrenada. En fin, que la presión del segundo turno hizo que nos tuviéramos que levantar de la mesa precipitadamente y no pudimos dar pábulo a nuestra gula. Allí se quedaron los demás comiendo su parte alícuota de arroz con bivalvos selectos. Hay quién lo celebró tanto que hasta imaginó formar parte del festival "Rock in Rio" y simuló tocar la guitarra con el cubierto de haber comido el arroz. "¡Es que mi Curro es músageráo!", exclamó en actitud comprensiva hacia el muchacho.

Después de haber navegado regresamos a puerto y nos encontramos con otra sorpresa a las que ya nos tiene acostumbrados de Cádiz. La cochambre de nuestra esquina la ocupaban dos buques. Nos recolocaban en otro lugar. ¿En el Puerto Comercial?... ¡no, no!... no seamos ingenuos. En el muelle de al lado. La tripulación tuvo que ir a por la pasarela que había quedado en nuestro anterior lugar de atraque y para ello tuvimos que remolcarla con nuestro coche a lo largo de todo el muelle. En fin, una cooperación más entre el Instituto Español de Oceanografía y del Mar. Para que luego digan que no hay cooperación entre instituciones y organismos públicos. ¡Eh aquí el ejemplo!

Hasta mañana.

(Publicado 16 Junio 2010)

Curro López celebra a su manera el extraordinario manjar con el que celebramos la fiesta dominical a bordo. Día de trabajo pero, también, día de compensaciones culinarias y científicas ©IEO
Maniobra del B/O Emma Bardán en la dársena de la Zona Franca ©IEO
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